El canciller mexicano, Luis Videgaray, dice que “un mal resultado” en la negociación tendrá efectos sobre la relación entre ambos países.

México verbaliza una idea que llevaba tiempo flotando alrededor de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC): que su cooperación con Estados Unidos en materia migratoria y de seguridad depende de lo que la Administración decida sobre el mayor pacto comercial del planeta.

“Es bueno cooperar con Estados Unidos en seguridad, migración y otros asuntos”, ha subrayado el canciller mexicano, Luis Videgaray, en una entrevista concedida este sábado a Bloomberg en Vietnam, donde ha asistido a la cumbre del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés). “Pero es un hecho de la vida y una realidad política que un mal resultado en el TLC tendrá impacto sobre esto. No queremos que ocurra y, por ello, estamos trabajando duro para lograr un buen resultado [en la renegociación]”.

Las declaraciones de Videgaray llegan a menos de una semana de que las delegaciones estadounidense, mexicana y canadiense vuelvan a sentarse a negociar para lograr la modernización del tratado. Las conversaciones pasan por uno de sus momentos más críticos después de que Trump haya puesto sobre la mesa una ristra de propuestas consideradas “inaceptables” por sus dos socios.

El Gobierno mexicano quiere llegar a la quinta ronda de negociaciones con una posición de fuerza. En las últimas semanas, las autoridades del país norteamericano han reiterado que no permanecerán en la mesa de diálogo “a cualquier precio” y han reconocido que trabajan en un plan B –del que solo han desvelado unas líneas muy generales– por si las conversaciones no llegan a buen puerto, una posibilidad que ha cobrado desde el último encuentro entre los tres países, hace un mes en Washington. Trump, por su parte, sigue insistiendo en que el tratado ha sido “injusto” para su país y que solo México y Canadá se han beneficiado del mismo. Aunque la mayoría de académicos especializados en comercio internacional niega este extremo, el presidente de la primera potencia mundial achaca al TLC –y no a la automatización– la destrucción de millones de empleos en el sector manufacturero. También la ampliación de su déficit comercial con México.

“Es natural que las partes tengan diferencias en la fase inicial; así es una negociación”, ha subrayado el titular de Exteriores mexicano, uno de los hombres fuertes del Gobierno de Enrique Peña Nieto (PRI). “Todos [EE UU, México y Canadá] estamos de acuerdo en que queremos que sea un buen acuerdo para los tres. Y México está siendo constructivo y serio en la negociación. Tenemos algunas diferencias, que hemos hecho bastante públicas”. Videgaray espera “algún éxito” en la veintena de mesas de negociación que retomarán las conversaciones entre el 17 y el 21 de noviembre en la Ciudad de México y que se presumen especialmente tensas tras los últimos órdagos lanzados por Washington.

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