• No necesitas magia negra para crear zombis, solo burocracia disfuncional.

Si fueras a visitar a Jeanne Pouchain, probablemente te trataría con la debida hospitalidad. La mujer de 58 años, de la ciudad de Saint-Joseph, cerca de Lyon, en el centro de Francia, podría mostrarte su gato extremadamente mullido y servirte té, una copa de vino o lo que sea que los franceses sirvan tradicionalmente a sus invitados.

Pero sobre todo, no tendrías dudas de que Pouchain está bastante viva. Parece un punto extraño de señalar, pero su historia solo muestra cómo no debes dar por sentado ni siquiera algo tan obvio.

Verás, según las autoridades francesas, Pouchain está muerta, fallecida, pasó a mejor vida, ya se petateó, ya entregó el equipo, ya escupió el chicle, ya chupó faros, ya devolvió el envase, vaya, ya colgó los tenis. Según los registros oficiales, ya no existe.

Eso, por supuesto, no es realmente el caso, pero buena suerte para convencer al estado francés del hecho. Pouchain ha estado tratando de volverse a incluir en la lista desde 2017, sin éxito.

“No tengo documentos de identidad, ni seguro médico, no puedo demostrar a los bancos que estoy viva … no soy nada”, dijo a The Guardian.

De hecho, la vida como uno de los muertos vivientes es incluso peor de lo que te harían creer las películas de zombies. Cualquier cosa que requiera identificación oficial ya no está disponible para ti.

Pouchain no puede tener una tarjeta de crédito funcional, aunque no es que necesite una ya que todas sus cuentas bancarias han sido cerradas debido a su supuesta desaparición. No tiene licencia de conducir, pasaporte, nada.

En lo que respecta a las autoridades, Pouchain ya no existe.

Legalmente muerta

Su extraño estatus de zombi comenzó hace más de una década. En ese entonces, Pouchain era propietaria de un negocio privado que administraba su propia empresa.

En 2004, tuvo que despedir a uno de sus empleados, supuestamente debido a que su empresa perdió un contrato importante. Quizás estaba sucediendo algo sospechoso, ya que ese mismo año un tribunal industrial ordenó a su empresa que pagara al empleado despedido $17,000 en daños.

En cualquier caso, esa fue la decisión de los jueces. Sin embargo, como la sanción se impuso a la empresa de Pouchain, no a su persona, el tribunal terminó por no hacer cumplir el fallo cuando Pouchain no pagó la suma.

Cinco años después, en 2009, el ex-empleado volvió a demandar a Pouchain. Esta vez, sin embargo, el caso salió de los tribunales.

Después de eso, es cuando la historia comienza a ponerse extraña. En 2016, un tribunal de apelaciones francés ordenó al hijo y al esposo de Pouchain que pagaran la factura de daños pendiente.

Eso fue porque el tribunal se había convencido de que estaba muerta. Según Folkspaper, la ex empleada le dijo al tribunal industrial que su ex empleador no había respondido a sus cartas y supuestamente había fallecido.

En noviembre de 2017, el nombre de Pouchain se eliminó de todos los registros oficiales. Ahora estaba oficialmente muerta, y así comenzó su pesadilla.

“Una historia loca”

Naturalmente, Pouchain no ha tomado una decisión judicial tan extravagante sentada o acostada en un ataúd. Después de todo, los jueces dictaminaron que estaba muerta sin ningún debido proceso o investigación.

“Fui a ver a un abogado que me dijo que se resolvería rápidamente, ya que había estado con mi médico, quien certificó que todavía estaba viva”, dijo Pouchain a The Guardian.

Pero como suele suceder con la burocracia, resucitar a Pouchain no fue tan fácil como pensaban ella y su abogado. Como un tribunal de justicia la había declarado muerta, un simple médico no tenía la autoridad para devolverla a la vida.

Sylvain Cormier, el abogado de Pouchain, está tan asombrado como ella de que nadie pensó en comprobar si su cliente seguía viva o no.

“Es una historia loca. No lo podía creer. Nunca pensé que un juez declararía muerto a alguien sin un certificado ”, dijo Courmier.

“Pero el demandante afirmó que la Sra. Pouchain estaba muerta, sin proporcionar ninguna prueba y todos la creyeron. Nadie lo comprobó ”, añadió.

Esta misma semana, Pouchain y su abogado intentaron sacarla de la tumba. Acusaron a la ex empleada de inventar la muerte de Pouchain para obtener la indemnización por daños pendientes de sus herederos.

El abogado de la ex empleada, por otro lado, argumentó que Pouchains había fingido su propia muerte para no tener que pagar. Si eso es cierto, y no estamos diciendo que lo sea, Pouchain claramente no pensó que tal táctica sería tan contraproducente.

“Es hora de que alguien diga ‘detente’. Si no peleo, nadie va a pelear por mí ”, se lamentó Pouchain.

“La abuela de mi esposo tiene 102 años. Ha vivido muchas cosas, incluida la guerra, pero dice que nunca ha sufrido nada tan duro como lo que yo he pasado”, agregó.

Muerte por error tipográfico

Ser retirado por error de las filas de los vivos suena increíble, pero en realidad es mucho más común de lo que piensas. En EE. UU., por ejemplo, más de 12.000 personas son declaradas muertas por error cada año, según la revista Smithsonian.

La Administración del Seguro Social de los Estados Unidos (SSA) ha mantenido el Archivo Maestro de Defunciones desde 1980. Desde entonces, más de medio millón de estadounidenses se han enterado en medio de un día normal que supuestamente han fallecido.

A diferencia del caso de Pouchain, la mayoría de estos errores no tienen detrás a empleados anteriores maliciosos. La causa más común parece ser un simple error tipográfico cuando se ingresa el número de seguro social de una persona fallecida en el archivo de defunción.

Imagina eso. Un pequeño error de mecanografía y toda tu vida desaparecerá, al menos según el registro oficial.

Quién sabe, incluso te podría pasar a ti. ¿Cuándo fue la última vez que comprobaste si todavía estabas vivo?

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