Salvador García Estrada/Colaborador
Conforme transcurre el tiempo, saltan a la opinión pública los atracos cometidos por funcionarios cómplices del ex gobernador de Chihuahua de Javier Duarte en contra de las arcas estatales. Cuales piratas del Caribe –con perdón de estos-, amigos, cuates compadres parientes y el propio ex Ejecutivo Estatal, se dedicaron a robar dinero público, de la manera más impune, sin que nada ni nadie lo evitara.
Uno de estos delincuentes, Jaime Ríos Fong –sobrino de la esposa de Duarte-, a quien se le encomendó la redituable posición de responsable del área de compras, puso en marcha el mecanismo favorito de los ratas que solo aspiran a enriquecerse: robando y abusando del cargos públicos.
Este pillo y su cómplice, el ex titular de Adquisiciones, Antonio Tarín García -que ya se encuentra en la cárcel, junto con el pillo Ríos-, mediante la creación de una empresa fantasma denominada Fritag, “ganó” cerca de 50 licitaciones de diferentes dependencia del gobierno chihuahuense con valor de 500 millones de pesos, gracias a la red de complicidades con parientes que ocupaban cargos relevantes.
La mayor parte de las ventas “simuladas” al Gobierno consistieron en artículos de oficinas que, en base a licitaciones amañadas, afirma la denuncia, se liquidaron oportunamente, pero que nunca se entregaron, ante la disimulo y complicidad de Tarín García –quien tenía la responsabilidad de regular y aprobar las compras del gobierno-. y socios de la empresa, Juan Carlos Aguilera Gutiérrez, entre ellos, tío de Liz Aguilera, quien fungía como Secretaria de la Contraloría, encargada de verificar la legalidad de los procesos administrativos. Como quien dice: la iglesia en manos de Lutero.
Fue tanta la ambición de Ríos Fong, de -enriquecerse robando las arcas de su estado-, que, con sus influencias, apoyo de su jefe y sus familiares cómplices, el Ayuntamiento de Juárez, le favoreció con una compra por 11 millones de pesos para la adquisición de 470 parquímetros.
El tema nos recuerda que el gobernador Duarte, se encuentra prófugo y afirmase vive en Estados Unidos, a lo mejor riéndose de la justicia mexicana, que, inexplicablemente, no lo ha podido localizar. Lo más seguro es que nuestro gobierno esta esperando que sean policías extranjeros, quienes lo capturen, como ha ocurrido con otros gobernadores pillos, que siguen burlándose de la voluntad del Gobierno en sentarlos en el banquillo de los acusados a fin que reciban el castigo que merecen. Como están las cosas, no se ve interés alguno en castigarlos. ¡Lástima que así sea!.
Salvador García Estrada, titular del programa Foro 66. / salgares4@gmail.com
