Salvador García Estrada
Cuando observamos que en ciertas áreas gubernamentales sus funcionarios siguen percibiendo miles de pesos -vía costosas prebendas que supone se serian eliminadas-, nos convencemos que los famosos regímenes de austeridad impuestos por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en el gasto público, se han convertido en meras simulaciones.
Ejemplos hay muchos. Baste saber que magistrados y jueces del poder judicial federal, diputados federales y senadores, funcionarios del INE siguen percibiendo sueldos fabulosos, bonos y aguinaldos inmerecidos ignorando así los propósitos presidenciales, muy claros y precisos, por cierto.
Esas actitudes de quienes -hay que decirlo-, conforman la “clase dorada” de nuestra burocracia, solo pueden ser calificadas de incongruentes e insultante, si recordamos que existen millones de mexicanos que viven en pobreza extrema, al margen de las acciones sociales emprendidas por el gobierno.
El tema vino a colación al enterarnos que la Cámara de Diputados aprobó el presupuesto que ejercerán los partidos políticos el año entrante, cuyo acuerdo fue publicado en el Diario Oficial del 29 de septiembre, por in monto de 5 mil 239 millones de pesos.
¿En qué gastaran esa fabulosa cantidad de dinero los directivos de los partidos políticos? Según la propuesta, para el sostenimiento de sus actividades ordinarias permanentes, sic, se destinaran 4 mil 988 millones de pesos; en actividades específicas, 149 millones de pesos; franquicia postal 100 millones y franquicia telegráfica 693 mil pesos.
Los montos asignados a los partidos son los siguientes: Morena mil 700 millones de pesos; Acción Nacional 950 millones; PRI: 896 millones; PRD: 445 millones; Verde Ecologista: 426 millones: Movimiento Ciudadano: 411 millones y el Partido del Trabajo 391 millones. Ahora entendemos porque la opinión generalizada “el mejor negocio que existe en México es precisamente: organizar y dirigir un partido político”.
Por lo visto, la propuesta de AMLO, -por conducto de su partido Morena, para que los partidos políticos redujeran al 50 por ciento de tales cantidades, luego de ser analizada, casi rechazada, se turnó a comisiones donde duerme el sueño de los justos. De aprobarse, serian muchos millones de pesos que podrían canalizarse a rubros que realmente beneficien a la población más vulnerable.
Todos estamos de acuerdo en que los partidos políticos y autoridades electorales, deben y pueden realizar sus tareas con menos dinero. Sin embargo, existe una resistencia frontal, ya que están acostumbrados al derroche de los recursos asignados sin que nadie pueda impedirlo, menos los responsables de vigilarlos. .
Otro punto muy importante. Especialistas en el tema, han calificado el manejo de los dineros que reciben los partidos políticos, como “el foco de corrupción mas grande que existe en México”, gracias a los malos manejos de sus dirigentes, quienes los reciben y administran”. Este tema bien merece otro capítulo.
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