Salvador García Estrada.
A punto de iniciar el proceso electoral que culminara en junio del 2021, se mencionan los nombres de posibles candidatos a la Gubernatura, las cinco alcaidías y 25 diputados que integraran la legislatura estatal, pese a que las acciones formales arrancaran hasta el mes de diciembre.
Algunos de los aspirantes, hay que decirlo, se promueven personalmente, otros ya forman parte de la nómina que los partidos políticos participantes en la justa electoral, promocionan por considerar tienen los méritos para obtener el triunfo en las urnas.
El tema nos recuerda una anécdota atribuida al licenciado Milton Castellanos Everardo, -ex gobernador de Baja California-, cuando se le pregunt[o: -¿qué se necesita para convencer y lograr las simpatías del electorado que lo lleven al triunfo?
La respuesta del político chiapaneco fue: -“Muy sencillo. Hay que ser buen candidato”.
Atendiendo dicha opinión, vale hacer otro cuestionamiento: -en los tiempos difíciles que vivimos, que nunca imaginamos enfrentaríamos, ¿Cuál es el perfil que deben tener los interesados en servir a la ciudadanía en forma eficiente y honesta?
En el estado de Nuevo León, en donde también habrá elecciones el año entrante, el analista político Luis Eugenio Todd, con cierto ingrediente de ironía, menciona los perfiles que deberán acreditar quienes aspiren a la gubernatura, que suponemos podrían aplicarse a los posibles contendientes bajacalifornianos.
Veamos: Uno: saber leer (?), sentir y comprender las historias de México y Nuevo león.
Dos: . Tener conocimiento de macro y micro economía nacional y global.
Tres: conocer el sistema magisterial, educativo básico y universitario y entender el desarrollo cultural de la sociedad del conocimiento.
Cuatro: tener capacidad para planear y saber de inversiones en infraestructura, desarrollo urbano, descentralización y gestión para apoyo rural.
Cinco: Tener buenas relaciones, sin entrega con los grupos empresariales, laborales y sociales.
Seis: poseer una madurez psicológica y tener anticuerpos contra la enfermedad del poder y frivolidades del yo y sentido del humor en las dificultades.
Siete: apertura para incluir los capaces en la administración pública en áreas técnicas y evitar círculos cerrados de elogios mutuos.
Ocho: conocer y participar en la sociedad de la comunicación y de la informática dominante en la época.
Nueve: Paciencia, capacidad de conciliación y gestión para reducir enorme deuda publica y ser capaz de controlar la corrupción pública y privada.
El destacado estudioso regiomontano, en la parte final de su decálogo, anota otro merito: Ser amigo del Presidente.
Amigo lector: ¿Qué otro requisito exigiría al próximo candidato a gobernador de Baja California?.
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