Como si fuera una estación del año, usar a la inseguridad como bandera política ha sido cíclicamente utilizada para bien o para mal en México y Baja California no ha sido la excepción. Se busca mover la afinidad o el rechazo de la opinión pública hacia un lado o a otro del tablero de los protagonistas del quehacer público de nuestro estado, de nuestra localidad.

Los errores en torno a las acciones de prevención y de procuración de la justicia tampoco han cambiado mucho en lo últimos 25 años. El discurso no ha variado mucho, con todo y la llegada de una presunta nueva manera de hacer las cosas desde el partido de izquierda, MORENA. Las cosas realmente siguen igual.

El tema ha subido hasta el más alto nivel desde hace unos días, cuando el gobernador Jaime Bonilla Valdez cambió su discurso de felicitaciones por el de crítica hacia el hoy alcalde con licencia de Tijuana, Arturo González Cruz (ambos emanados de MORENA), a quien culpa literalmente de la inseguridad que se vive en esta ciudad fronteriza.

En respuesta González Cruz le ha pedido al Gobernador de Baja California que se ponga a trabajar y que vuelva a la mesa de seguridad, la cual ha abandonado, no sin antes pelearse, dijo González, hasta con el Ejército.

Las ácidas críticas lanzadas por Bonilla en sus transmisiones en vivo desde la plataforma Facebook todos los días, muestran una connotación meramente propagandística, o al menos prefiero pensar eso a que nuestro Jefe del Ejecutivo ignore las esferas de función de cada corporación del estado que pretende gobernar.

Y antes de responder la incógnita que nos ocupa, apunto:

La Policía Municipal, o como quiera usted llamarla -pues el único cambio que aparentemente ha habido en las corporaciones ha sido el de nombre- es la responsable de la prevención, mientras que la corporación estatal es la encargada de investigar los delitos desde que son cometidos hasta que se resuelve, con imputados, y el caso se presenta ante una autoridad que es el Juez.

De tal forma que -aunque usted no lo crea- el papel del Fiscal de Baja California no es andar repartiendo despensas, y dar pláticas de prevención, más que reflejar un interés por abonarle a este rubro, aparenta un esfuerzo de estar llenando el vacío que los ayuntamientos están dejando.

CLICK: Fiscalía ignora denuncia de ‘moches’ de mandos policíacos.

Caso curioso. En Mexicali cuando se comete un delito, a la primera que culpamos es a Marina del Pilar, alcaldesa de esta capital, pero eso no es del todo culpa de sus detractores; es en buena parte también culpa de su política en materia de seguridad. Porque nunca pensamos “¿¡Cuántos más Fiscal!?”, ¿verdad?

Afirmar que la reducción del índice delictivo en la capital bajacaliforniana obedece a las estrategias de la Policía Municipal, nos pintan una realidad paralela…a menos que esta estrategia incluya la pandemia por COVID-19.

Las cifras oficiales así lo reflejan. Los delitos que han disminuido son aquellos que requieren una querella, es decir, que la víctima se presente a denunciar, en tanto que aquellos que se persiguen por oficio -como el homicidio- han aumentado. En conclusión, y como ya lo hemos planteado en este espacio de opinión en otros momentos, la gente no está yendo a denunciar por temor a contagiarse o simplemente, por no perder el tiempo.

La cifra negra en Baja California, mayor al 60%, así lo confirma. De cada 10 delitos que se cometen, solamente se denuncian 4. ¿Imagínese cuántos se han de resolver?

O como dijo Gustavo Macalpin en su programa radiofónico: “¡A ver, que nos expliquen cómo le hicieron!”

Con profunda preocupación vemos por otra parte que las políticas de comunicación social en la materia sigue planteando las cosas de la peor forma posible, exhibiendo imputados, anunciando la comisión de delitos y el decomiso de pequeñas o medianas dosis de droga, e incluso plantíos. ¿Está mal esto?

Por una parte, no, pues habla de que las corporaciones están aún con vida. Que de 500 incidentes que se registran al día, al menos 20 resuelven. Pero lo peor es que sostienen un ambiente de inseguridad, pues detener a un presunto ladrón implica que se cometió un robo; detener a un narcomenudista implica a que la droga sigue en las calles; capturar a un golpeador, refleja que estos delitos siguen dándose en nuestros hogares.

¿Y la prevención dónde queda? Parece que no hay tiempo para este tema en los boletines oficiales, solamente en las campañas políticas.

Las corporaciones gubernamentales han llagado al extremo de no informar de homicidios, como si con ello se pudiera bajar la percepción de inseguridad, cuando el vaso está ya derramado.

El gobernador Bonilla ha informado con beneplácito el decomiso y destrucción de cientos de maquinitas tragamonedas que operaban en Baja California. Vaya que eso es de reconocerse, porque aunque faltan muchas más por scar de circulación, se está acabando con un problema más serio de lo que pareciera.

¿Pero y los dueños de estas maquinitas dónde están? Y esta pregunta nos lleva a identificar a la responsable de la inseguridad en nuestro entorno: La impunidad.

¿Por qué los dueños de los mini casinos siguen libres? Antes de la llegada de MORENA a Baja California, los comandantes de la Fiscalía General de la República cobraban cuotas bastante jugosas a los dueños de estas máquinas, para permitirles operar en cada municipio.

Eran tan abundantes las comisiones por hacerse de la vista gorda, que se podían comparar a las otorgadas por los narcomenudistas.

¿Acaso es que los investigadores estatales no quieren problemas con los federales y por eso las investigaciones no avanzan?

Sería muy valioso que el gobernador Bonilla destinara a alguien de su entera confianza a revisar lo que sucede en este renglón.

Pero no crea usted que esto es nuevo. Ha sucedido desde hace años con el tema del robo de vehículos. La agencia investigadora dedicada a este tema, se ha limitado a ser una agencia recuperadora de autos, volteándose hacia otro lado cuando se trata de llegar a aquellos responsables de la comercialización de cientos de autos robados al mes en Mexicali.

¿Y los desaparecidos? ¡Pregúntele a las madres y esposas de ellos! Con mucha tristeza varias de ellas le contarán como los mismos detectives les sugieren: “¡Ay señora! Yo que usted mejor no insistía, ya dé por muerto a su hijo (esposo), porque si no estas personas pueden venir por alguien más de su familia”.

Otro caso de impunidad: Ex funcionarios del gobierno de Francisco Kiko Vega cuyos nombres ni siquiera aparecen en las investigaciones, cuando quienes fueron sus mismos escoltas, los señalan como operadores del desfalco del Estado.

¿Otra más? Hoy se quejan de los pésimos trabajos de obra pública realizados en administraciones pasadas. ¿Y quién pagará los platos rotos?

Los diputados y diputadas de Baja California, responsables de revisar las cuentas públicas, están muy ocupados pensando en el próximo cargo que estarán ocupando el año entrante.

En conclusión: Mientras las corporaciones pretendan ocultar una realidad que para todos es evidente, mientras ponderen los “resultaditos” y desdeñen el tema de la prevención, mientras se siga alimentando impunidad desde las esferas de gobierno y en tanto siga utilizándose a la seguridad como bandera política, Baja California seguirá navegando como un barco sin velas ni timón, en este inmenso mar de la delincuencia.

¿Qué hay que hacer? Lo mismo que en todo gran problema, pero de eso hablaremos en la próxima entrega, si a usted le parece.

La despedida

  • Las quejas expuestas con todo y evidencias por extorsiones de policías municipales en la zona de Delta-Oaxaca, son cada vez más. Las denuncias han llegado ya ante el director de la Policía Municipal, Alejandro Lora Torres. ¿Qué respuesta les dará?
  • Los jaloneos en la elección del dirigente nacional de MORENA, me recuerdan a los años dorados del PRI y del PAN. ¡Ojalá salgan más bien librados!
  • La alcaldesa Marina del Pilar se ha declarado enemiga pública número uno de los baches en Mexicali. Si logra vencerlos,  nuestra seguridad y patrimonio se lo agradecerá eternamente.
  • A propósito del Día de la Raza: Si los españoles no hubieran venido a conquistarnos, estaríamos muy felices yendo cada domingo a los sacrificios humanos aztecas.
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