Más allá de los bots contratados y los empleados interesados en mantenerse en la nómina o los aspirantes a ingresar que invadieron los espacios en las redes para comentarios y opiniones, el ejercicio de comunicación de las mañaneritas con Marina del Pilar, resultó en términos generales bien en su organización pero poco productivo en su contenido.

Sin “carnita”, como se dice en el argot reporteril.

La mañanerita, que debió llamarse A media mañana con la Gobernadora, no arrojó información interesante ni reveló algo que los bajacalifornianos no supieran o incluso temas que los medios no hubiesen manejado con anterioridad.

Fue a veces una copia del monólogo de Pérez Rico y sus cifras sobre el avance de la vacunación, para recordar la suma de la deuda pública, los programas sociales, etcétera y en ocasiones, como lo reconoció la propia gobernadora y como si éste fuera un real ejercicio de comunicación, un símil de las “mañaneritas” del presidente López Obrador.

De ser editor de algún medio (tal vez por eso no lo soy) la nota surgida de la llamada conferencia de prensa no merecería primera plana. Cuando mucho una llamada en portada con nota en interiores y eso por mera cortesía. Pero cada quien sus intereses.

Sin embargo, insisto, debo reconocer que fue un ejercicio interesante, ágil, en el que los periodistas preguntaron de lo que quisieron y los funcionarios, incluyendo la gobernadora Ávila Olmeda, de igual forma respondieron lo que quisieron, sin dar espacio a la repregunta o la réplica.

Hubo libertad de preguntar, se dio la atención de frente a los medios lo que no ocurrió durante el infame gobierno de Jaime Bonilla Valdez y eso no hay que agradecer, pero se debe reconocer.

Si bien la conferencia de prensa fue temática, para lo cual estuvieron presentes los titulares de Salud, Bienestar y Hacienda, intentando encajonar las preguntas en las actividades de estos tres funcionarios, los reporteros lograron filtrar el tema que sin duda impacta más a la ciudadanía que es el de la seguridad y la creación, casi como un hecho, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California.

Pero solo se dieron, una vez más, respuestas ambiguas y elusivas, eso sí, con una firmeza y seguridad que daban la sensación de que estaban diciendo mucho, pero al final no expresaban nada, aunque sí dejaron en evidencia que eso de resurgir la SSC no fue una idea propia, sino -otra vez- una copia de la del Gobierno de México.

No se habló de las acciones legales en contra de los gobiernos anteriores, ni de Kiko ni de Jimmy, de las investigaciones por los “moches”, de la corrupción en los centros de readaptación, de las compras mediante adjudicaciones directas, de favoritismos, de enriquecimientos ilícitos, de nóminas infladas, de nepotismo, de compromiso efectivo con la transparencia.

Aunque se entiende que a la gobernadora le interesa darse a conocer en Tijuana y la Zona Costa, también se le debe una explicación a los medios de comunicación de Mexicali que le han seguido fiel e incondicionalmente toda su carrera política y a quienes hoy, como lo hizo su antecesor Bonilla, hizo a un lado para privilegiar a los de la ciudad que alguna vez un legislador de triste memoria, larga cola y chequera abultada, intentó convertir en capital de Baja California.

La señora Gobernadora y su equipo de Comunicación Social que encabeza Néstor Cruz, deberán entender que la capital del Estado sigue siendo Mexicali, ciudad que a Marina del Pilar la hizo Diputada Federal, después Alcaldesa y contribuyó a que llegara a la Gubernatura del Estado y donde les guste o no, están las sedes de los poderes legislativo, judicial y el Ejecutivo.

Es cuanto.

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