Yolanda Sánchez Ogás

El señor Federico Sánchez García llegó a Mexicali en 1925 y seis años después, estableció en avenida Juárez y calle Altamirano la cantina El Tío Pepe. En Estados Unidos continuaba la ley seca y las ciudades fronterizas mexicanas eran visitadas todos los días por miles de turistas en busca de licores y diversión.

El Tío Pepe, por muchos años este lugar de diversión fue muy famoso, establecido en La Chinesca, en un edificio donde antes funcionaba un banco chino, junto a la Asociación China Lung Tonk Kon y al lado de otra asociación china, la Kuo Ming Tang, integrada por chinos nacionalistas.

En ese tiempo, en esa zona un tanto misteriosa para los mexicalenses, donde vivían y tenían sus comercios los chinos. Era, además, el centro de la vida comercial de Mexicali. La gente de la ciudad y el valle acudían a esos comercios a adquirir los productos necesarios para su vida diaria.

La cantina El Tío Pepe era una expresión de mexicanidad. La pared exterior de la cantina estaba adornada con la pintura El Rapto, que representada a una joven en los brazos de un charro montado a caballo. Fue realizada por el pintor local Castán. El mismo artista, cada diciembre pintaba los espejos de la cantina con motivos navideños y de año nuevo. El interior de la cantina, se decoró con pinturas de paisajes mexicanos traídas de la tierra natal de don Federico; Guanajuato.

Mural “El Rapto”, pintado en el exterior de la cantina El Tío Pepe.

El Tío Pepe, fue la primera cantina donde funcionaron los abanicos de aspas. En 1937, se introdujo la música a la cantina. Amenizaba el local, por primera vez en Mexicali, un mariachi que incluía una trompeta. Además, era una cantina sólo para hombres, nunca trabajaron en ella mujeres.

La cantina era visitada por muchos estadunidenses. Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados de la base naval de El Centro, California eran visitantes frecuentes de la cantina El Tío Pepe. Llegaban desde las diez de la mañana y los sacaban a las tres de la mañana muy tomados, en pésimas condiciones. A la mañana siguiente allí estaban de nuevo.

Después de la reforma agraria, en 1937, aplicada en el valle de Mexicali por el presidente Lázaro Cárdenas, llegaron miles de campesinos de todo el país. En ese tiempo, en el valle estaba prohibida la venta de bebidas alcohólicas, así que los campesinos cuando venían al pueblo a arreglar sus asuntos, aprovechaban para tomar algunas cervezas.

El Tío Pepe, era la cantina de los agraristas. La visitaban campesinos y otros personajes del campo; líderes agrarios, dirigentes de las dependencias que tenían que ver con el sector agrario. Cuando todavía existían los rencores entre agraristas y colonos, algunas veces se manifestaban de manera violenta y en uno de esos arrebatos, allí mataron a un líder agrario.

Don Miguel González, dueño de la cervecería Mexicali, iba todos los días a la cantina Tío Pepe y se tomaba dos splits, decía que allí la cerveza, siempre estaba a la temperatura que debía tener. En 1973, cuando la cervecería cerró, don Miguel regaló las últimas 200 cajas producidas. 100 fuero para el restaurante 19 y 100 para El Tío Pepe.

La cantina El Tío Pepe funcionó desde 1931 hasta 1977 en el centro histórico. Un incendio acabó con ella y se cambió a Altamirano y Zuazua, donde estuvo abierta hasta el año 2000.

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