Andrés A. Solis

Nevith Condés Jaramillo era un reportero de calle, de esos que se ensucian las suelas para buscar historias pequeñas pero cercanas a la gente. Por eso cientos de personas del municipio de Tejupilco, al sur del Estado de México, le lloraron y acompañaron el cortejo fúnebre por las principales calles de la cabecera municipal, mostrando además su indignación por el crimen.

Apenas el 16 de julio, cinco semanas antes del asesinato de Nevith Condés, más de 250 periodistas mexiquenses habíamos firmado un desplegado para exigir a Alfredo del Mazo Maza y al Gobierno del Estado de México que actuara ante las cada vez más recientes agresiones contra periodistas, casi todas de parte de personas funcionarias públicas que acostumbran obstaculizar el trabajo de los medios.

La exigencia más fuerte era: No queremos ningún asesinato de ningún periodista en el Estado de México.

Los días 17 y 24 de julio, funcionarios de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos y de la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado, aceptaron reunirse con un pequeño grupo de periodistas y acordamos una agenda de tres temas:

1. Que la Fiscalía General del Estado crearía una fiscalía especializada para la atención de delitos cometidos contra la libertad de expresión.

2. Que el Gobierno del Estado aceptaría analizar y en su caso instalar una Casa Refugio para Periodistas en situación de riesgo.

3. El Gobierno del Estado y el grupo de trabajo de periodista, trabajarían en la elaboración de un Protocolo de actuación para garantizar y proteger el ejercicio profesional del periodismo.

En su momento públicamente reconocí la buena fe y voluntad gubernamental de sentarse a dialogar, pero esa buena fue se fue diluyendo.

Hasta ahora, la Fiscalía General de Justicia no ha creado la Fiscalía Especializada y ni el asesinato de Nevith Condés los sacudió como para que hicieran el anuncio. Por el contrario, apenas este 27 de agosto, tres días después del atentado, dicen que garantizarán una investigación profesional.

Aquí es donde hace falta esa Fiscalía especializada.

El 24 de julio el secretario de Justicia y Derechos Humanos prometió a periodistas que nos daría fecha, hora y lugar para tener una reunión específica para definir el modelo de casa refugio para periodistas. Seguimos esperando esa cita.

Hoy una casa Refugio ayudaría a dar protección a la familia y colegas que trabajan en El Observatorio del Sur, que dirigía Nevith.

El 24 de julio acordamos con el Gobierno de Alfredo del Mazo que el grupo de trabajo de periodistas haríamos el primer borrador del protocolo de actuación para garantizar y proteger el ejercicio profesional del periodismo en el Estado de México y que lo enviaríamos al secretario de Justicia y Derechos Humanos el 31 de julio, quien enviaría sus comentarios a más tardar dos semanas después, es decir, el 14 de agosto.

Cumplimos. Enviamos el borrador, están los testigos electrónicos de ello y ni siquiera respondieron para confirmar.

Pasó un mes de este diálogo de buena voluntad entre las partes. El grupo de trabajo de periodistas pasó de seis a 24, en donde participamos colegas de todas las regiones del Edomex y seguimos trabajando.

El asesinato de Nevith Condés nos tomó por sorpresa y lo único que puedo decir en este momento es que la buena fe del Gobierno del Estado ya se acabó.

Alfredo del Mazo Maza y su gobierno no cumplieron los compromisos adquiridos el 24 de julio, como tampoco han cumplido las obligaciones que ya tenían desde 2017 de crear una Unidad Estatal de Protección a Periodistas ni lo que prometió como candidato de proteger y garantizar el trabajo de periodistas.

Pareciera en los hechos que a Alfredo del Mazo Maza, este tema no es de su interés ni personal ni mucho menos institucional.

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