La prensa mexicana ha dado cobertura puntual a muchos incidentes inesperados en el Congreso de la Unión: desde aquellas máscaras de cerdo del izquierdista Marco Rascón hasta las orejas de papeleta electoral de Vicente Fox.

Vimos la irrupción violenta y a caballo de Alfonso Ramírez Cuéllar, hoy legislador de Morena, a la sede de la Cámara de Diputados en San Lázaro, y los actos violentos en las inmediaciones de ese mismo recinto el día en que Enrique Peña Nieto protestó como presidente.

Este martes, de nuevo la prensa trabajó horas extra para documentar la sesión en el Senado de la República, donde se discutiría la reforma al poder Judicial.

El grupo en el poder esperaba que fuera vía ‘fast track’, al viejo estilo autoritario del PRI del que tanto se quejaron. Querían utilizar el mismo recurso de la “aplanadora” como sucedió en la Cámara de Diputados, fieles a su escuela priista.

La ausencia de un senador de Movimiento Ciudadano y la licencia de última hora a un senador panista, expriista y más bien oportunista, ya le daban a Morena y sus aliados la mayoría calificada suficiente para empujar su reforma constitucional.

Pero decenas de manifestantes, personal que labora en el Poder Judicial de la Federación, irrumpieron en la sede del Senado y en principio obligó a que se decretara un receso indefinido y luego alcanzaron el salón de plenos para reclamar lo que han venido reclamando desde hace semanas y que no pudieron evitar el día de la elección.

Decenas de periodistas estaban dentro y fuera de la sede del Senado. Micrófonos, grabadoras, cámaras de foto y televisión, celulares y, sobre todo, ojos y oídos pendientes de cada detalle de lo que sucede en el Senado y que dejarán claro testimonio de uno de los hechos noticiosos más trascendentales del México reciente.

Mis colegas acudieron sin protocolos de seguridad y la seguridad parlamentaria se vio rebasada, sin poder siquiera garantizar la integridad de las y los senadores, sus equipos de trabajo y el personal de la Cámara Alta.

Las empresas de medios no previeron que se desbordara la situación ni tampoco garantizaron condiciones a sus periodistas enviados.

Al momento de enviar este texto, el Senado estaba tomado, la discusión sobre la reforma judicial estaba suspendida y mis colegas estaban “atrapados y atrapadas” por los manifestantes y por esta histórica cobertura.

Gracias, periodistas, por estar contando esta parte de la historia reciente.

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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:05 h, por Radio Educación.

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