Comunicación, movilidad forzada y nostalgia

“De Haití lo que más me causa emoción es la música, me gusta escuchar la música de Haití. Algo que me pone triste de Haití es la inseguridad, un mal funcionamiento del país. En Haití está mi mamá, mi papá y un hijo, con ellos me comunico por WhatsApp. Si tuviera que mandar un mensaje a los haitianos les diría que migrar no es fácil. Lo más complicado de migrar es recordar a la familia porque no los puedo ver, toma un tiempo acostumbrarse a vivir solo y no verlos” [Vladimir, hombre haitiano 32 años. Llegó a Mexicali en 2017. Actualmente es estudiante universitario y trabajador]

Amanda Wise y Selvaraj Velayutham, y por otra parte, Maruska Svasek, plantean que para comprender la complejidad de la movilidad humana en las sociedades contemporáneas es necesario enfocarse en el estudio de las emociones construidas socialmente. Las emociones desempeñan un papel fundamental en la reproducción y fortalecimiento de los lazos familiares y de amistad en una escala transnacional. Se puede agregar que tan relevante es el estudio de las emociones, como el de los procesos de comunicación sociocultural.

Relacionado con lo anterior, en entrevista con el investigador José Manuel Valenzuela Arce, publicada en el libro La frontera México-USA narrada, vivida e interpretada, este asentó: “…Toda frontera implica procesos conectivos que van más allá de la mera colindancia… Desde esta lógica cuando pensamos, por ejemplo, en la condición conectiva, observamos que ha habido cambios fundamentales; a mí me gusta poner como ejemplo de esto último, a un señor de la tercera edad que entrevisté hace muchos años, él había sido piscador toda su vida en California y me contaba que su único vínculo con México, después de estar seis meses o un año en “los files”, era un viejo radio de baterías que colgaba de un árbol, en el que eventualmente escuchaba el primer programa en español que se hizo en Estados Unidos, de Pedro J. González y sus madrugadores, donde cantaban canciones mexicanas.

También, casualmente llegaba una carta de un paisano en las bolsas, o un paisano llegaba y daba noticias, pero, esa dimensión era de ausencia, muy fuerte; frente a lo que tenemos ahora, con el desarrollo de las tecnologías de comunicación e información, tenemos WhatsApp, mantenemos contacto inmediato. Esta dimensión de la conectividad ha transformado los mundos fronterizos, los mundos transfronterizos, porque finalmente dentro de esa condición de conjunción-disyunción, existe una condición liminosa, hay procesos que no son de separación, existen elementos que tienen que ver con el in between fronterizo…”

En el fragmento del relato con el que inicia este apunte, Vladimir muestra algunas pistas respecto a las dificultades que enfrentan los migrantes en movilidad transnacional, como las miles de personas haitianas que hoy se encuentran en distintos territorios de México. La nostalgia encuentra en el uso de sistemas de comunicación vías para responder a la transformación de estados emocionales durante el tránsito y la apropiación de un nuevo espacio en el mundo. Los vínculos afectivos necesitan el lenguaje para ser expresados, a las plataformas digitales y a los teléfonos celulares como canales de encuentro.

Las personas que migran utilizan los dispositivos móviles para enterarse de las noticias del contexto de origen, para realizar intercambios comerciales y bancarios, para el entretenimiento, así como para la comunicación emocional y el fortalecimiento de los lazos familiares, entre otras prácticas. Lo anterior introduce variables de interés para la investigación de la comunicación sociocultural, de manera especial en un contexto transfronterizo como el que habitamos.

*[No. 52/2021]. El autor de esta publicación es profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Humanas, UABC.

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