Llegó la pandemia por COVID-19 y los servicios de mensajería postal en el mundo amplificaron su relevancia. El mantra de la cuarentena: Quédate en casa, se hizo compatible con los servicios de correo postal. Este período de emergencia sanitaria nos mostró que hay continuidades en los sistemas de comunicación muy valiosas y es oportuno realizar algunos apuntes al respecto.
El 18 de agosto pasado archivé una nota de BBC News Mundo, que llamó mi atención por el debate centrado en el uso del correo postal en Estados Unidos. Se confrontaban opiniones sobre el uso de este servicio para transportar votos, porque la situación pandémica podía desincentivar aún más la participación ciudadana, de manera presencial. Donald Trump se oponía: “El problema con el voto por correo, en primer lugar, es que nunca vas a saber cuándo acaba la elección[…] porque esas papeletas se van a perder, desaparecerán”. Finalmente, el voto por correo en EE.UU. alcanzó cifras récord. La historia se escribió y millones de votos enviados por correo fueron protagonistas clave, con el desenlace que ya conocemos.
El histórico sistema de correos público emergió como una revolución disruptiva de la vida social en la Europa del siglo XV y evolucionó en los siguientes siglos de manera notable. John B. Thompson lo ha denominado como uno de los desarrollos clave de la comunicación pública. Hoy en el marco de la pandemia se ha manifestado nuevamente como una modalidad plausible de interacción y acercamiento humano.
En nuestro país el Servicio postal mexicano (SEPOMEX) celebrará el Día del cartero y del empleado postal este 12 de noviembre, como cada año desde 1931. Durante la pandemia 13,680 empleados de este servicio de comunicaciones a nivel federal han seguido laborando, solo el 18% realizan home-office. 6,194 carteros dan servicio y cobertura al 97% de los hogares mexicanos, en coordinación con 885 empelados postales y 3,359 trabajadores de ventanillas.
El desarrollo del sistema de comunicación mediático digital en México, entre otros factores, implicó en las últimas décadas que sobre todo en las zonas urbanas, el uso del servicio de correos postal viniera a la baja. No obstante, en las áreas rurales la situación es muy distinta.
Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información 2019 hay 80.6 millones de usuarios de Internet en México, que representan el 70% de la población de 6 años o más. Hay que hacer notar que en las zonas rurales solo el 47.7 % de la población es usuaria de Internet. Y solamente el 56.4 % (20 millones) de los hogares mexicanos cuentan con conectividad a Internet.
La importancia del trabajo de los carteros y los empleados postales en México recae, principalmente, en que ellos llegan a los lugares donde los medios electrónicos y las comunicaciones digitales no pueden hacerlo. Encuentran centralidad en los márgenes. Sus aportaciones a la conectividad social son centrales hoy día, porque la desigualdad económica es amplia y las brechas tecnológicas son profundas.
*[No. 9/2020]. El autor de esta publicación es profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Humanas, UABC.
