Nahomi Ponce

La seguridad e integridad de las mujeres valen más que un raspado, ¿no? Los invito a analizar de qué lado de la historia están.

Como lo hemos intentado dejar claro reiteradas veces, nuestro problema no es necesariamente la reapertura del negocio, es el haberlo cerrado para silenciar e invisibilizar a las víctimas y ahora, quererlo abrir sin brindar explicación alguna.

Son decenas de víctimas mayores y menores de edad que fueron acosadas y abusadas dentro del establecimiento de Ciruela Pasa, no es justo para ellas que quieran reabrir el negocio ignorando e invisibilizando los traumas con los que tienen ellas que vivir todos los días.

El decir “no me importa”, “no me interesa”, “no es mi problema”, definitivamente es un foco rojo para nosotras de negligencia, invalidación y encubrimiento de los delitos que se cometieron.

Dicen que son otro negocio pero reutilizan las recetas, concepto e inclusive parte del nombre original; tiene hasta la cínica frase “desde hace 25 años”, entonces ¿son o no son la misma empresa?

El objetivo de nuestra protesta pacífica era meramente que esclarecieran los hechos, reconozcan el abuso que se vivió, y aseguren que no se volverá a repetir (así como asegurar que el abusador ya no tiene participación en la empresa). Cosas que evidentemente no sucedieron y preguntas que no pudieron (o quisieron) responder.

Tomo un fragmento de mi post anterior :“La invitamos a dejar de ignorarnos y ser parte del problema, vamos a dejar de hacer presión social y de exigir justicia por las víctimas cuando declare nuevamente y reconsidere su postura al respecto, cuando reconozca los años de abuso que vivieron las víctimas y asegure que no va a volver a suceder y es algo que ya no representará su negocio.

“Si desea comenzar de nuevo, re emprender y reabrir el negocio debe deslindar la historia de constantes y reiterados abusos que conlleva la empresa. Las víctimas no olvidan.”

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