Ramón Molina
Este domingo 05 de Abril será clave para conocer si millones de empresas en México tendrán por parte del Gobierno Federal un Domingo de Ramos o si les adelantan su Crucifixión con la presentación del Plan para Reactivar la Economía.
En nuestro país existen al menos 4 millones de pequeñas y medianas empresas que generan más de 13 millones de empleos registrados en el IMSS, no hablamos de grandes consorcios nacionales o internacionales si no de empresas que inician por la necesidad de generar un ingreso adicional, contribuir al gasto familiar, autoemplearse ante la falta de oportunidades y porque no decirlo, también para cumplir el sueño de más de un emprendedor. Si en condiciones normales resulta complicado mantener a flote un negocio con la presente emergencia sanitaria la tarea se ha vuelto titánica.
En la situación actual lo mínimo que se espera de la autoridad es un poco de empatía aplicando estímulos que ayuden a sobrevivir la mayor cantidad de empresas posibles ya que estas se traducen en empleos y ante la recesión mundial que es inminente y está a la vuelta de la esquina debiera ser una prioridad, sin embargo, hasta el día de hoy solo hemos escuchado del Presidente declaraciones que terminan siendo un contrasentido que de aplicarse tendrán un efecto bumerán. Cito declaraciones de hace un par de días.
“Si decimos que no se pague el Impuesto Sobre la Renta o que se reduzca ¿Qué va a significar eso? Menos ingresos, menos recaudación y ¿De dónde vamos a sacar para darle a los adultos mayores, a los niños con discapacidad, a campesinos y para otorgar créditos a las pequeñas empresas familiares?”
Sabemos que el Presidente no cree en los empresarios y en su imaginario son una “minoría rapaz” es decir personas de clase alta con recursos infinitos pero esto no es así, el grueso de nuestros empresarios pertenecen a la clase media en cualquiera de sus tres escalafones, media-baja, media y media-alta y son la columna vertebral de nuestra economía, al igual que en el cuerpo humano un daño severo en la columna vertebral nos dejara paralizados, es comprensible que el Gobierno Federal quiera mantener los programas sociales porque ahí está la base electoral pero si terminan por ahogar a las empresas que ya empiezan a sentirse asfixiadas exprimiendo hasta el último centavo de impuestos sin ofrecerles un plan que les brinde oxígeno para afrontar la emergencia en un par de meses lo que tendremos será una emergencia pero de desempleo ante el cierre inevitable de fuentes de trabajo y el efecto bumerán para el Gobierno será menor recaudación de IVA, ISR y IEPS, con menos ingresos no habrá fondos suficientes para mantener los programas asistenciales que se usan hoy como pretexto para no dar incentivos. La prioridad pues debería ser salvar empresas/empleos.
La Antier tuvo lugar una reunión entre los líderes empresariales y el Presidente, espero haya sido de utilidad para mostrarle la dimensión del problema que se avecina, millones de empresarios tienen invertido TODO su patrimonio, otros tantos tienen créditos bancarios, créditos hipotecarios o contratos de arrendamiento que son compromisos ineludibles, es a todas luces injusto ordenar el cierre de negocios, obligarlos a pagar salarios completos (por eso han declarado emergencia sanitaria y no contingencia sanitaria ya que de hacerlo entraría en vigor el artículo 427 de la LFT) sin ofrecer un salvavidas fiscal para sortear la tormenta. Millones de empleos están en juego. ¿Tendremos Domingo de Ramos o Adelanto de Crucifixión?
