El COVID-19 ha desquiciado el devenir de la humanidad cuando falta mucho por ver, experimentar y resolver en el tiempo y espacio necesarios para una fase de recuperación en todo sentido, incluyendo el anímico de millones que, dolorosamente, sobreviven al contagio, la irreparable pérdida de seres queridos y la pobreza extrema…

En principio y a un año de distancia de que apareció el virus con saldos y secuelas escalofriantes en decesos, pérdidas económicas y caída de gobiernos, los repuntes y rebrotes menudean tanto que, aún con la vacunación masiva, el 2021 será solo de transición para una modesta recuperación de lo perdido…

Dicho en otras palabras, si la humanidad –gobernantes y gobernados– convergen hacia los mismos propósitos, acciones y medidas para contener y abatir en serio y a su mínima expresión el riesgo de contagio y muerte, sin incurrir en más pifias y omisiones que retardan lo social y económicamente deseable, en el 2022 serán viables los reencuentros sociales, la seguridad laboral y reanudación de rutinas que comenzaron a paralizarse en diciembre pasado…

Mientras eso pasa hay millones de familias que están en la disyuntiva de cómo resolver la escasez de dinero por muchas razones (desempleo, descapitalización, etc.) para cubrir lo indispensable y en ese sentido hay recomendaciones que pueden ser útiles. Por ejemplo:

Reducir los gastos y eliminar lo innecesario.- si se trata de multiplicar ingresos por productos o servicios domésticos, recurrir a una estrategia de marketing por la simple razón de que las redes, en este momento, son el medio más efectivo de conseguir clientes;

Actuar uno para todos y todos para uno.- Hoy la familia tiene oportunidad de demostrar su fortaleza en la medida de que cada integrante clarifique su habilidad (es) y, por ende, su aportación en un ejercicio emprendedor que exige interactuar en familia como socio leal y eficiente y, sobretodo, sin descuidar el compromiso de atender rutinas diarias domésticas;

Amor y fe.- El confinamiento obliga a apoyar a los más frágiles; arreglarse no para salir, sino para disfrutar del nuevo día; dialogar emociones implicará escuchar, darle receso al celular y televisión; ser autocrítico para estar bien con uno mismo y con los demás y no olvidar la gratitud y sincera oración al Creador para mantener sana y autosuficiente a la familia, porque una persona sin fe en algo o alguien es como un bolsillo roto…nada le llena.

En suma, para sobrevivir a la pandemia en familia hay que utilizar con más inteligencia nuestros recursos y habilidades y por otra parte reconocer que si bien la naturaleza dotó a nuestra especie de mayor razonamiento y libre albedrío que a los animales, entre nosotros hay excepciones que no entienden la emergencia porque siguen causando dolor, no dejan de ser depredadores, que por su gusto mueren y hasta la muerte les sabe. ¿O no?

 

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