Este es el testimonio de Eliud Gil Samaniego, quien narra los últimos momentos se su papá, Tomás Gil Samaniego, quien falleciera la noche de este 24 de septiembre por COVID-19. Es un mensaje difícil de compartir, pero a la vez contundente, que nos invita a no confiarnos durante la pandemia, que sigamos alerta y con la guardia arriba ante el virus que sigue entre nosotros.

Mi papá Tomas Gil Samaniego falleció la noche del 24 de Septiembre de 2020 y les voy a contar la historia porque creo que la familia y amigos merecen saber lo que pasó porque él era un gran hombre.

Creo que ambos nos contagiamos el día martes 8 de septiembre en Tijuana en un restaurante, lo acompañé a renovar su visa. Él empezó con síntomas el día lunes 14, un día después de mi cumpleaños. Yo empecé el miércoles 16. Él se puso en cuarentena el día martes y se hizo la prueba hasta el viernes, el domingo llegó positiva. Yo me la hice el día lunes y ese mismo día llegó mi resultado positivo.

En mi casa todos usábamos cubrebocas mientras mi padre estaba guardado, y aún sigue así. Ni mi hermana, ni mi madre ni mi abuelita están confirmadas aún, Rosela tiene algún síntoma pero no es seguro.
la misma noche del d[ia lunes 21 que llegó mi resultado me dediqué a ayudar a mi papá. Empezamos a tratar contra el COVID en forma desde el día sábado me parece.

No hubo resultados favorables y poca comunicación y cambiamos de médico. Comenzamos de nuevo tratamiento y siempre estuvo el dilema de si internar a mi papá o no, pero él se quería tratar en casa; oxigenaba bajo, un promedio de 82. Le llevaron tanque de oxígeno y se los terminaba bien rápido, hubo un punto en que hubo cuatro tanques en su recámara.

Yo empecé a decaer rápidamente con los días dado que era el único que podía estar con él. La situación con mi abuelita también es muy delicada debido a su situación y mi madre y hermana hacían doble esfuerzo en atendernos con distancia y demás.

Conseguimos un par de enfermeros muy amables y atentos que ayudaron también a mi padre con su tratamiento dado que la mayoría eran inyecciones y las necesitaba regularmente. También una persona llamada Alan, que era quien nos surtía el oxígeno nos ayudó demasiado.

Yo creo que la noche crítica fue la del miércoles porque ahí ya habíamos decidido llevarlo a hospital, pero no había cupo en los privados, al final se estabilizó y se quedó en casa. El jueves en la tarde empezó a saturar más bajo de lo normal y ahí ya tomamos la decisión de llevarlo si o si al hospital.

El sistema de salud está colapsado, no hay ambulancias ni cuartos. Tuvimos que bajar a mi papá de su cuarto en segundo piso a duras penas para poder llevarlo en carro al IMSS, fue algo tan duro, lo vi tener dos ataques de ansiedad, no existen palabras para describir ver a tu papá así y no poder hacer nada porque te está llevando la enfermedad a ti también.

En ese momento estábamos en casa toda la familia, Carlos, el médico, mi tío Mario y Alan, la persona del oxígeno, entre todos pudimos bajar a mi papá al piso de abajo pero no pudimos subirlo al carro. Ya estaba oxigenando 30.

Llamamos al 911 y de puro milagro dijeron que iban a mandar una ambulancia.

Estuvimos con mi papá en la cochera acostado en el piso conectado al oxígeno hasta que no pudimos esperar más y logramos subirlo al carro.

Salimos de la casa yo con mi papá y mi tío Mario detrás mío y escuchamos la ambulancia. Decidimos dejarlo así para no maniobrar más y la ambulancia me escoltó hasta la Clínica 30 del IMSS.

Jamás en mi vida me imaginé pasar por una situación así, tener que transportar yo mismo a mi padre en la cajuela del carro atrás de una ambulancia es algo que no le deseo a nadie en este mundo.

Llegamos, lo bajaron y lo metieron. Rápidamente salió un médico y me dijo que mi padre había llegado en un paro respiratorio y que estaban haciendo maniobras de RCP, pero que me preparara para lo peor. Unos minutos después salió de nuevo el médico y me dio la noticia.

Estuve alrededor de 5 horas en el hospital esperando al ministerio público que nunca llegó, deje mis datos y me retire. Toda la familia está destrozada, la mayoría con COVID, mi tía Laura, Margo y Diana que en estos momentos está intubada.

De verdad les cuento esto para que quede como testimonio, esta pandemia no es un juego, es algo real.

Cuídense mucho y no se hagan los valientes. escribo esto desde mi cama con pulmonía por COVID, con un catéter y con oxígeno.

Amen mucho a sus seres queridos, díganles cuanto los quieren todos los días y estén con ellos.

Te amo papa.
Atentamente tu hijo, Eliud Gil Samaniego.

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