El presidente Donald Trump entró a territorio hostil. El mediodía de este martes arribó el mandatario Estadounidense a California, estado que perdió y que no ha ocultado su rechazo a sus políticas antiinmigrantes.
La agenda del primer mandatario del Gigante del Norte no incluye encuentro alguno con mandatarios, gobernantes o líderes de la localidad. Su intención primera es conocer los ocho prototipos del muro que prometió en campaña y que habrá de pagar México.
Poco después de mediodía decenas de reporteros de medios de comunicación locales, nacionales y extranjeros, comenzaron a transmitir desde los techos de sus camionetas y de viviendas ubicadas en la zona de Tijuana, Baja California, que colinda con San Ysidro, California, hasta donde arribó en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
Del lado mexicano, unas cien personas, entre ellas miembros de la agrupación Ángeles sin Fronteras, encabezadas por el activista Sergio Tamai Quintero, protestaban por la visita de Trump y su intención de cumplir con la promesa de campaña. Del otro lado Trump recibía explicaciones sobre cada uno de los prototipos de tamaño real que fueron instalados especialmente para este momento.
Los gritos de “No más muros y México-México”, intentaban traspasar el cerco fronterizo vigilado por agentes policiacos de ambos lados de la frontera.
Entre los prototipos y el cerco que hoy existe fueron colocados contenedores apilados para evitar que se alcanzara a ver desde México lo que del lado estadounidense se daba.
Presidente no grato
Es la primer vez durante su mandato que Donald Trump visita California, estado que le dijera no a su mandato con más de 4 millones de votos en contra.
El propio alcalde de San Diego, Kevin Faulconer, insistió hace dos semanas la intención del Presidente de los Estados Unidos de instalar un muro. El alcalde de esta ciudad ubicada en una de las regiones que concentran más riqueza del mundo, visitó la ciudad de Mexicali con el fin de estrechar lazos culturales y comerciales. Ante empresarios, gobernantes y reporteros, dijo que se trata de construir puentes, no muros.
Una vez que Trump conozca los detalles de los prototipos de muro, viajará a la ciudad de Los Ángeles, California, donde en un restaurante de Beberly Hills, donde sostendrá un encuentro con unas 90 personas que han pagado entre 50 mil y 250 mil dólares por pareja. Los fondos recaudados en esta actividad irán a la campaña de reelección de Trump.