Sustituir la pesca con una actividad secundaria como lo es la maquiladora es demasiado extremo para San Felipe y es más una opción de urgencia que un real programa económico que ayude a superar la crisis que se vive en el puerto. Así lo indicó el investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Agustín Sández, al opinar sobre el programa de reconversión económica que el gobierno e Index intentan realizar.
La llamada reconversión económica para San Felipe es una estrategia sin planeación por parte de los involucrados y no contempla la voz de los propios habitantes de la región, acostumbrados a décadas dedicadas a la pesca y que en dos años han sido despojados del sustento que por generaciones practicaron, consideró el académico miembro del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la máxima casa de estudios.
La implementación de la industria maquiladora en San Felipe no toma en cuenta otras variables en el tema, agregó el entrevistado, ya que no existe un estudio de impacto ambiental de estas industrias y sería incongruente que se realice un esfuerzo tan grande por cuidar el ambiente en el mar y se contamine en tierra. La falta de infraestructura urbana, la mano de obra capacitada y de servicios de salud y seguridad social para los nuevos trabajadores afiliados que se darían con la llegada de maquiladoras tampoco se han tomado en cuenta.
Sobre la gestión que anunció el gobernador de un proyecto turístico de alto impacto para el sur del poblado, el investigador manifestó que tampoco es la vía, ya que es lo mismo que con las maquiladoras, son altas consumidoras de recursos y no contemplan a la población ni sus necesidades.
“Creo que aquí se debe crear un proyecto comunitario, en el cual participen todos los agentes sociales propios de la región, que tienen una voz que tiene que ser escuchada. Establecer un compromiso real con la comunidad no es llegar y decir ‘aquí se va poner una empresa y órale pónganse a trabajar ahí’. No,se necesita mayor involucramiento social y cultural”, expresó.
Es necesario que los habitantes de San Felipe “sientan suyo el proyecto y no lo vean como una imposición, una implantación con criterios ajenos a ellos”, concluyó.
