Los juegos fueron donados por una asociación extranjera pero ya están severamente deteriorados.

Padres de familia aseguran que no entregarán el plantel hasta que haya soluciones.

Luis Álvarez y Marco Vinicio Blanco

Entre aguas negras, paredes que se están cayendo, peligrosas instalaciones eléctricas y áreas verdes cubiertas de basura , 750 alumnos recibían clases en la Escuela Primaria Organización de las Naciones Unidad, del turno matutino, y Derechos Humanos, del vespertino, hasta el pasado jueves, cuando padres de familia decidieron cerrar el plantel en protesta por las condiciones en las que se encuentra el plantel y sobre todo, dicen madres de familia, por la indiferencia de las autoridades educativas.

Estos bebederos se instalaron hace 2 años con recursos de la Beca Progreso pero nunca han funcionado. FOTOS: Luis Álvarez/PODERMX.

El problema, afirma Alma Tapia, representante de los padres del turno vespertino, no es de ahora. El abandono de esta escuela enclavada en la colonia Ampliación Solidaridad, lleva 25 años, pues desde entonces sufren problemas de vandalismo, carencias, infraestructura deficiente y robos, sin que ninguna autoridad les haya atendido de manera integral.

Muestras de ello sobran. Unos bebederos cuya instalación hace dos años costó 50 mil pesos a través de la “Beca Progreso” pero que en realidad nunca han funcionado; un área de juegos instalada hace 16 años por una asociación extranjera, que hoy ya es casi imposible usar; un área verde llena de basura y ramas en espera de ser recogidas desde hace meses; salones con grietas en las paredes por las cuales atraviesa la luz del sol sin problema, y unos baños invadidos permanentemente por aguas negras, son ejemplos del innegable abandono.

Ana Melgar, otra madre de familia de esta comunidad educativa, recuerda que las solicitudes al Sistema Educativo Estatal por parte de los padres de familia se hicieron más insistentes desde el 27 de septiembre, pero que no han sido atendidos.

Así está el baño de niñas.

Hasta tres horas, dijo, ha esperado en las oficinas de la dependencia, aguardando ser atendida con oficios en mano.

Ante la indiferencia oficial, el 11 de enero decidieron cerrar las puertas de la escuela y obligar a parar labores a los 40 trabajadores del lugar, entre docentes, personal administrativo y de mantenimiento.

Y es que los niños no pueden ni ir al baño, ya que de ellos emanan aguas negras, están llenos de hongos y pestilentes. Dicen algunos trabajadores que no tienen remedio, que deben demolerlos y hacer otros nuevos pues los daños que tienen son muy serios.

En el verano la situación se agrava pues los aires acondicionados son muy viejos y muchos de ellos sólo avientan aire caliente. Las paredes de algunas aulas están agrietadas desde el terremoto e incluso se alcanza a colar la luz del sol por algunas partes.

Las autoridades educativas les han dicho que los gastos de muchas de las reparaciones que ocupa la escuela deben correr por parte de los padres de familia.

“A mí lo que me parece increíble es que es una escuela que debería recibir el doble de apoyo, para evitar que nuestros hijos sean víctima de las adicciones y del vandalismo”, cuestiona la señora Ana.

Los árboles, añade, tuvieron que ser podados por cuenta de los padres de familia que tienen ya una pesada deuda con las personas a quienes han contratado para realizar diversas reparaciones urgentes.

Por si fuera poco, la escuela es víctima del vandalismo y robos constantes. Las canchas no tienen focos y hace unos días les robaron una parte del cerco que apenas acababan de montar.

Las madres de familia dicen estar conscientes de que son muchas las carencias que existen en las escuelas de Mexicali, pero a la vez se preguntan qué hacen con el recurso.

Alma es contundente al afirmar que no permitirán el regreso a clases si la autoridad educativa no se compromete a resolver los problemas urgentes que tiene la escuela.  “Necesitamos respuesta inmediata…estamos ya en un punto desesperante porque los niños no pueden estar en esta situación”, enfatiza.

Muy lenta la atención del SEE

El director del turno vespertino, Roberto Bobadilla, reconoce a PoderMX que la respuesta del SEE ha sido muy lenta en proporción a la grave situación de la escuela.

El cierre de la escuela, opina, fue una decisión muy lamentable tomada por los padres de familia, “pero no hubo otra”.

Asegura que el personal de intendencia se esfuerza al máximo pero cualquier intento por mantener “de pie” la escuela es insuficiente. Los dos contenedores para la basura están llenos, los desperdicios se riegan por lo que debería ser el área verde donde jueguen los estudiantes, que durante el recreo pasan por en medio de los desperdicios.

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Esperan ayuda de la sociedad

Las madres de familia dijeron que luego de que Primera Voz exhibió la situación en la que se encontraba su plantel educativo, diversas empresas se han comunicado con ellas para ofrecer su apoyo.

En los próximos días dijeron esperar que se concrete el apoyo que se les ha ofrecido, para que muy pronto los niños de este plantel educativo puedan regresar a sus clases en un ambiente más seguro y salubre.

Alma Tapia puso a disposición de quienes quieran sumarse a este apoyo su teléfono celular: 686 209 00 85.

En tanto, los accesos al plantel educativo permanecen con cartulinas escritas a mano por los mismos padres de familia, exigiendo soluciones en beneficio de los habitantes de la colonia Ampliación Solidaridad.

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