Hoy Marcelino Saldaña Palacios tiene la esperanza de volver a empezar. FOTOS: Marco Vinicio Blanco.

Sentado entre escombros y cenizas de lo que fue su casa por más de cuatro décadas, Marcelino mira al infinito. “Aquí me voy a quedar, no tengo nada más que esto”, comenta mientras sus hijos tratan de recuperar lo poco que se puede de entre los montones humeantes que dejó un incendio que la madrugada del pasado martes lo dejó sin nada.

Él es de los primeros que llegaron a vivir en “el chorizo” como era conocida la hilera de casas que se asentaron a las orillas de un canal de riego que corría paralelo a la colonia Flores Magón. Hoy el canal ya no existe y esa hilera de casas ha sido adoptada por la misma colonia ubicada al oriente de la ciudad, a unos kilómetros del puerto fronterizo de la zona oriente.

Ambas familias perdieron todo durante el incendio.

Marcelino Saldaña Palacios no recuerda bien su edad, que ya rebasa los 60 años, pero sí recuerda bien aquella noche. “Estaba haciendo comida y me quedé dormido y cuando desperté el fuego ya estaba fuera de control…quise apagarlo pero ya no pude, sentía que me quemaba”.

Sentado a la orilla de su cama, bajo la cual uno de sus perros se oculta de los rayos del sol, asegura que no se irá a vivir a otra parte, como algunos vecinos han pedido. “No tengo nada más que esto”, comenta mientras su mirada se dirige al montón de carbón y cenizas.

Un incendio anunciado

Vecinos ya habían advertido a diversas autoridades del peligro que ofrecía la acumulación de llantas y basura que había en la casa de Marcelino, la cual durante muchos años fue una llantera, pero últimamente recibía basura de todo tipo.

Así lucía la propiedad de Marcelino, antes del incendio.

Por eso varios residentes de la zona, vivían con la preocupación de que sucediera lo de la madrugada del pasado martes, cuando un descuido fue suficiente para que se desatara un infierno.

Lizbeth Martínez era de las más preocupadas por esta situación. Su mamá, la señora Nicolasa Juárez, tenía su casa a un costado de la propiedad de Marcelino, por lo que habían hecho ya el llamado a diversas instancias para pedir que se buscara una solución a este lugar lleno de llantas y basura. Nadie les hizo caso.

Cuenta Bancaria para ayudar a Nicolasa Juárez: 4915665431925268 de Banorte.

Cuando la radiación del fuego comenzó a invadir la casa de su familia, despertó a quienes ahí estaban durmiendo; sus papás, sus dos hermanos y dos sobrinos. Todos salieron sin sufrir lesiones, aunque su papá tuvo que ser llevado al hospital pues días antes había resultado herido en un accidente automovilístico y estaba convaleciente.

No pudieron salvar nada. Lizbeth recuerda que era tan intenso el fuego que tuvieron que irse a la otra cuadra para poder soportar el calor.

La familia de la señora Nicolasa Juárez, aguardan la ayuda para comenzar de nuevo.

Piden ayuda para volver a empezar

Como consecuencia del incendio se registró un corte en el suministro de energía eléctrica esa misma madrugada, el cual duró más de una hora. Los vecinos comenzaron a salir a la calle y así se dieron cuenta del voraz incendio.

A la mañana siguiente, la familia de Lizbeth se puso a trabajar. Sacó de entre los escombros el metal que sobrevivió y lo vendió a una chatarrera, con lo que pudieron retirar una cantidad de escombro del terreno de sus papás. Después fueron al Miércoles Ciudadano a pedir la ayuda del Ayuntamiento para retirar el resto del escombro y pedir ayuda para comenzar a levantar una nueva casa para sus padres.

Mucha gente ya se ha acercado a ofrecerles apoyo, pero primero deben llevarse los escombros para empezar. Lizbeth agradeció la ayuda ofrecida y dijo confiar en que lo antes posible las autoridades estarán apoyándoles.

 

Facebook Comments

Comentarios

comentarios

GRACIAS A TU DONATIVO PODERMX SIGUE SIRVIENDO A LA COMUNIDAD.