Hace ocho años el terremoto les quitó su hogar a Delia y a su hijo Erasmo, residentes del ejido Chihuahua, una comunidad ubicada en la zona sureste del Valle de Mexicali, cuyos habitantes viven principalmente de la agricultura y la ganadería. Salir adelante no ha sido fácil pues su hijo de 38 años de edad padece de parálisis cerebral.

Erasmo toma el sol, fuera de su casa, en el ejido Chihuahua. FOTOS: Marco Vinicio Blanco.

Cuando era niño, Erasmo Gutiérrez Flores se enfermó de menigitis, lo cual lo dejó sin la posibilidad de valerse por sí solo. Desde entonces su madre ha sido su inseparable compañera.

Con el terremoto del 2010, ambos se quedaron sin casa, por lo que ahora, poco a poco, buscan reconstruirla en la calle Tercera, a unos metros metros de la avenida Francisco Villa, la única vialidad pavimentada del ejido.

A unos metros de su casa está la escuela y el parque, pero a estos lugares Erasmo no puede ir. Vive en un cuarto de madera donde apenas caben dos camas individuales, un mueble y un pequeño ropero, donde su mamá lo cuida.

Luis Peralta, de Zona Azul, explica a Delia la forma en que funciona la silla de ruedas para Erasmo.

Cuando se desespera, el muchacho se baja de su cama y arrastrándose se pasea por el pequeño cuarto, “y si le dejamos la puerta abierta se nos sale”, comenta su madre, una señora de estatura baja, quien se lamenta no poder hacer más por su hijo, y menos ahora, cuando sufre de dolores en su brazo derecho, el cual se recupera de una fractura.

Cuando supo del caso, Luis Peralta, presidente de la asociación Mexicali Zona Azul, supo que podía hacer algo para cambiar la vida de Erasmo. “Hace tiempo que tengo una silla de ruedas para alguien como él, y cuando me hablaron del caso dije ‘esta silla es para Erasmo’, menciona el voluntario, quien también usa una silla de ruedas para trasladarse.

Erasmo prueba su nueva silla de ruedas. Su familia lo acomoda en ella, en el cuarto donde solía arrastrarse.

Este sábado, con su silla de ruedas y la de Erasmo, Luis Peralta viajó hasta el ejido Chihuahua, donde se encontró con la familia. La silla de ruedas ideal para el muchacho, le permitirá acompañar a su madre a la tienda, salir a tomar el sol, ser llevado de un cuarto a otro y no estar tan molesto, como a diario lo está, según comenta su sobrina Marisol, quien en son de broma que es muy “renegón”.

Delia Flores Álvarez explica que por el momento tienen que vivir con una de sus hijas, pues su casa aún está incompleta. Le falta terminar el techo y cuando llueve se le mete toda le agua, por lo que espera que alguien le ayude a terminar este proyecto. “Ya quiero vivir en mi casita con mi hijo”, comenta.

Erasmo no recibe ninguna terapia ni es revisado por ningún especialista, por lo que ya se han acostumbrado a que cada vez sus piernas están más rígidas. El único servicio médico que ha recibido es en el centro de salud donde nació y donde de vez en cuando es llevado para que lo revisen cuando se golpea.

Aún así a él no le gusta quedarse quieto, por lo que se arrastraba por toda la casa. por lo que su mamá hace un llamado a la comunidad en general para que le provean de un médico que lo revise y les diga si hay alguna forma de que Erasmo pueda mejorar su condición. Para ello ofreció el teléfono celular 6861412701.

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