Los 39 grados centígrados y la densa humedad no frenaron a unos 600 mexicalenses que se unieron a Mexicali Resiste para protestar por la llegada del presidente Enrique Peña Nieto a Mexicali, ayer lunes. Aún así, no pudieron ver ni de lejos al mandatario.

Un manifestante cuestiona a los policías federales que les cerraron el paso. FOTO: Marco V. Blanco/PODERMX-..

El cerco de seguridad impidió que las protestas se hicieran visibles en el evento oficial, donde todo era aplausos y selfies con el Presidente, aunque los intentos se hicieron tanto por tierra como por agua.

Llegó en helicóptero cerca de las 15:00 horas al ejido Colima, ubicado al oriente del Valle de Mexicali. Desde hace más de una hora ya lo esperaban en la carpa, todos los invitados especiales, representantes populares y reporteros, quienes estuvieron “secuestrados” por los organizadores del evento desde mediodía.

El ejido Colima fue cercado literalmente por el Estado Mayor Presidencial, cuerpo encargado de la seguridad del Presidente de la República en turno. Todos los caminos fueron bloqueados incluso para el acceso de sus propios habitantes.

FOTO: Marco V. Blanco/PODERMX.

Ni lo sinuoso del camino, ni el calor, evitó que los manifestantes llegaran. FOTO: Marco V. Blanco/PODERMX.

Ya en las calles de esta pequeña comunidad por la cual pasa el Canal Alimentador Central, hoy denominado 27 de Enero, algunos vecinos sacaron sus sillas y se dispusieron a ver pasar los carros y camionetas de los invitados, las decenas de patrullas y unidades del Ejército y la Marina Armada, que patrullaron palmo a palmo el lugar. Esperaban ver a su Presidente, pero él llegó y se fue por aire, y el resto de los visitantes no se detuvieron a saludar.

Estas son las condiciones en las que está el Jardín de Niños del ejido Chiapas 2. FOTO: Marco V. Blanco/PODERMX.

Junto con el ejido Chiapas y el México, esta comunidad es de las más golpeadas por la crisis, la inseguridad y las adicciones de la zona rural. Los robos domiciliarios y con violencia, así como la venta de droga al menudeo, son quejas constante en esa zona.

Los manifestantes que partieron de la glorieta a Vicente Guerrero rumbo al Centro Cívico, desde donde en caravana se fueron a El Choropo, se dividieron; unos se quedaron ahí en el plantón y otros viajaron hasta el Colima, donde un fuerte dispositivo de seguridad con cuatro filtros establecidos, les impidió llegar hasta Peña Nieto.

Los que lograron llegar a penúltimo filtro tuvieron que atravesar tres parcelas de trigo recién cosechado, para burlar el cerco anterior. Ahí se toparon con 120 agentes federales, estatales y municipales, ataviados con escudo que no usaron mas que para recargarse mientras soportaban la pesada humedad que hacía brotar chorros de sudor debajo de sus cascos.

Cuauhtémoc Herrera intentó por agua llevar la protesta hasta el evento presidencial. FOTO: Adrián Zapata/PODERMX.

En tanto, un pequeño grupo de manifestantes intentaron llegar al Presidente por agua, soltando improvisadas embarcaciones al canal recién inaugurado. Burlaron así el cerco de vigilancia, pero no pudieron burlar las compuertas que impidieron que las tarimas con la leyenda “Fuera CB (Constellation Brands)” llegaran a donde se daba el evento central.

El que no baile es Peña

Al son de unos tambores, los manifestantes, algunos con banderas de México, le bailaron a los policías que evitaban su tránsito. Ambos bandos sufrían del calor, pero los manifestantes cachanillas presumían de su resistencia al verano local.

Los agentes después de dos horas comenzaron a mostrar signos de debilidad por su exposición al calor, aunque el cielo estaba nublado e incluso algunas nubes dejaron caer una ligera llovizna en los alrededores. Los agentes fueron relevados con discreción, ante la burla de los manifestantes algunos de los cuales tomaban agua fresca frente a ellos.

Una manifestante protege de lo rayos del sol a una compañera que descansa en la parcela. FOTO: Marco V. Blanco/PODERMX.

  Después de cantar el Himno Nacional Mexicano, los manifestantes que también comenzaban a sentir debilidad, decidieron retirarse, algunos en automóvil y otros, la mayoría a pie, a la vez que se despedían con cordialidad de quienes fueron sus rivales. “No es personal, estamos luchando por lo mismo”, le comentó una de las manifestantes a quien parecía ser uno de los organizadores del dispositivo de seguridad, quien respondió con un gesto de reconocimiento con la mano.

Poco a poco las cerca de 40 unidades policiacas fueron retirándose de la zona, volviendo a su base en la ciudad, los invitados especiales, por tierra y a toda prisa, salieron de ese rincón del Valle de Mexicali al que quizás no volverán a visitar jamás, y los habitantes de esta comunidad regresaron a su rutina tan tranquila como habitual.

En algunas partes del ejido Colima, pareciera que el tiempo se detuvo. FOTO: Marco V. Blanco/PODERMX.

En esta cancha los jóvenes practican el deporte en el Chiapas 2. FOTO: Marco V. Blanco/PODERMX.

 

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