Aunque han ocurrido eclipses desde que la Tierra existe y no obstante nuestra comprensión sobre estos fenómenos ha aumentado vastamente, no nos hemos podido deshacer de las supersticiones y creencias antiguas incorrectas sobre ellos. 

Este 21 de agosto marca el principio de una era dorada de eclipses para los Estados Unidos. En le curso de las siguientes décadas, no menos de 10 eclipses solares pasarán sobre territorios estadounidenses. Mientras millones de estadounidenses se preparan para el llamado Gran Eclipse de este año, que es el primero en atravesar costa a costa en casi un siglo, las redes sociales se inundan de mitos e información falsa. Aquí recopilamos y aclaramos algo de esta desinformación.

Mito: Durante los eclipses solares se producen en exceso diversos rayos dañinos que pueden afectar nuestra salud.

NUNCA debes ver el Sol directamente. El Sol básicamente es una enorme explosión termonuclear continua y usualmente tenemos una aversión natural a verla directamente. Hay una buena razón para esto, y es que además de las jaquecas y la visión distorsionada temporal que la luz visible del Sol nos puede producir, los rayos ultravioleta pueden causar un número de desórdenes oculares que incluyen degeneración macular, retinitis solar y distrofias en la cornea. Además, los efectos son acumulativos, así que ver directamente al Sol dos veces, es el doble de malo para tus ojos que verlo una vez, aún cuando haya sido en días distintos.

Por esta razón, es importante estar al pendiente de los niños y las personas que están interesadas en voltear a ver al Sol durante un eclipse, y prevenir que lo hagan para evitar daños que pueden ser irreversibles. Se recomienda utilizar un filtro de nivel industrial no. 14 que bloquee efectivamente los rayos ultravioleta, caretas o lentes de soldador, o mejor aún, lentes para eclipses especialmente diseñados para ese propósito.

El nivel de radiación y la cantidad de “rayos” que recibe la Tierra durante el eclipse, no es de ninguna manera mayor a cualquier otro día común. Las personas están a salvo al aire libre, simplemente absténganse de voltear a ver al Sol sin la debida protección.

Mito: Las mujeres embarazadas no deben ver el eclipse porque su bebé puede sufrir daños.

Falso. Este mito ha perdurado por siglos. De acuerdo a algunas fuentes, los Aztecas creían que un eclipse lunar era el resultado de un mordisco a la Luna, y se cree que parte de la superstición se generó tras la creencia de que si una mujer embarazada veía un eclipse, su bebé nonato recibiría un mordisco en la cara ¿quién querría arriesgarse a tal cosa, cierto?

Actualmente, algunas personas creen que una cantidad de radiación dañina generada durante el eclipse (ver el mito anterior), puede dañar al feto y nacer con deformidades faciales. Como dijimos anteriormente, no existe ninguna radiación extra distinta ni en mayor cantidad que cualquier otro día normal. Los humanos y todos nuestros antepasados hemos vivido durante toda nuestra existencia recibiendo billones de partículas cargadas, como los neutrinos, cada segundo de nuestras vidas. A cada instante, algunos de nuestros átomos se transmutan en diferentes isótopos al absorber neutrinos, pero el efecto no es dañino de ninguna manera, ni aumenta durante los eclipses.

Un eclipse es totalmente seguro para las mujeres embarazadas y sus bebés, y puedes comer, beber, caminar, bañarse, y hacer su día normal sin preocuparse.

Mito: Un eclipse envenenará cualquier comida que se prepara durante el evento.

Este mito también está basado en la falsa creencia de que durante un eclipse se generan rayos dañinos, lo cual es totalmente falso, por lo que la creencia del envenenamiento de comida también es totalmente falsa.

Mito: Los eclipses solares son señales de eventos celestiales excepcionales.

Falso. Los eclipses son eventos que pueden calcularse matemáticamente y predecirse miles de años en el futuro. Los eclipses no son eventos fortuitos ni suceden para dar pie a algún evento extraordinario en nuestras vidas, sino que son el resultado del movimiento exacto de los cuerpos celestes incluyendo nuestro planeta.

Mito: Debemos apagar nuestro celular, tableta, computador, etc.

Falso. Circula en las redes un mensaje con estas recomendaciones y como referencia adjunta el enlace a una nota de National Geographic publicada el 24 de enero de 2012 que habla sobre una tormenta solar clase M 8.7, que es un fenómeno que no absolutamente nada que ver con el eclipse. Este mensaje falso ha estado rondando las redes sociales año tras año, y muchas personas siguen cayendo en la broma.

Aún si por mera coincidencia hubiera una fuerte tormenta solar precisamente durante el eclipse (o durante la noche, como dice el texto), la atmósfera de la Tierra tiene protección natural contra la mayoría de los rayos cósmicos y sólo afectaría a los teléfonos si los satélites de comunicación que orbitan en lo alto de nuestra atmósfera fueran afectados. Quizá experimentaríamos problemas durante las llamadas, pero nuestros dispositivos y sus baterías estarían totalmente a salvo, al igual que nosotros.

Mito: Pesaremos 1 kilogramo menos durante el eclipse porque el Sol estará 40 milímetros más cerca.

Falso. Si 40 mm más cerca del Sol fueran suficientes para pesar 1 kg menos, sería cuestión de subirse a una silla durante el día para bajar ese peso temporalmente. Sin embargo, la NASA sí explica el jalón gravitacional que sucede durante un eclipse total de Sol, y en su sitio Web calcula que durante el eclipse seremos 50 gramos más ligeros. De manera similar sucede cada 28 días durante cualquier Luna Nueva, y si pesas unos 67 kg, puedes ser 0.60 gramos más ligero que cuando hay Luna Llena.

Recomiendo que antes de reenviar mensajes de advertencia, de cualquier tipo, primero busquemos información. Vivimos en la era de la super carretera de la información, y podemos aprovechar la facilidad que tenemos actualmente para investigar si algo es cierto, cuestionable, o completamente falso, antes de enviarlo a nuestros amigos y perpetuar los mitos y las supersticiones.

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