Con la mirada fija en lo que fue su hogar, hoy reducido a cenizas, Luis Ernesto reflexiona: “Yo le digo a mi esposa que lo importante es que estamos con vida”. Su casa fue una de las tres que se dañaron por completo la madrugada del miércoles por un incendio en el callejón Lerdo, en el Centro Histórico de Mexicali.

Él y su familia apenas la libraron. Salió corriendo en bata y fue con lo único que se quedó. Pegado a la barda de enfrente contempló como los bomberos intentaron sin éxito salvar algo de su casa, que en minutos fue envuelta por las llamas, igual que la de sus dos vecinos, la de doña Tere Guerrero y la de Guillermo Bernal, El Willie, quienes también se salvaron “de milagro”, afirma.

Algunos vecinos ayudan a recuperar lo poco de valor de las viviendas siniestradas. FOTOS: Marco Vinicio Blanco/PODERMX.

A punto de irse a Desarrollo Social a tramitar un apoyo que les gestionarán para reconstruir sus propiedades, recuerda que estaba dormido cuando el humo los alertó. Afuera le prestaron algo de ropa con lo que ha aguantado.

Hoy él y su esposa, quien nació en el callejón donde casi pierden la vida, viven de forma provisional con una sobrina, en lo que construye de nuevo su casa, a lo que está decidido.

Han llegado, dice, emisarios de diputados y de algunas dependencias a preguntar qué ocupan. “Desde un alfiler hasta un block”, aclara Luis Ernesto.

El Willie es el que más se ha movido. Él participa en el comité de Sedesol del Centro Histórico y eso le ha permitido iniciar las gestiones pronto. Aún así, el apoyo que salga, del cual no se sabe el monto aún, tardará en llegar a las manos de las familias afectadas.

Él estaba trabajando cuando corrieron a avisarle que la casa donde vivió los últimos 27 años se estaba quemando. Fueron momentos de zozobra.

Su hija de 10 años se despertó con el humo y corriendo pidió ayuda a los vecinos porque no pudo sacar a su mamá. Luego le avisaron a él que estaba cerca, ya que trabaja como vendedor ambulante en el mismo centro. Cuando llegó a su casa ya no había nada que rescatar, nada que hacer; solo esperar a que los bomberos sofocaran por completo el fuego que los dejó sin nada.

Las llamas apenas pareciera respetaron la imagen de la Virgen de Guadalupe que luce en la casa de Doña Tere con todos sus colores intactos y la mirada agachada.

Este mediodía, las familias aguardaban la llegada de la maquinaria que derrumbará lo que quedó en pie de las tres construcciones, y también esperan la ayuda de los mexicalenses. Muebles, ropa para adulto, colchones, trastes, lo que sea será bien recibido por las familias afectadas.

Aunque no les han dicho la causa que originó el siniestro, los vecinos piensan que fue algún vagabundo de los que se reúnen a espaldas de sus casas y encienden algo de leña para calentarse en las noches, para cocinar o para sacar algo de cobre de los artículos que recogen durante el día.

Aunque a unos metros está la jefatura de Policía del Río Nuevo, es común que estas prácticas se den a todas horas en el lugar y ya en varias ocasiones habían tenido que controlar pequeños incendios provocados por estas personas.

El teléfono a donde se pueden comunicar quienes deseen donar en efectivo o en especie para apoyar a esas familias, es el 6862445619, o pueden acudir personalmente al callejón Lerdo a los números 328 y 332, donde siempre hay alguien de ellos de guardia.

 

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