La actividad pesquera de los miembros de cooperativas ribereñas del Alto Golfo de California no es lo que ha provocado la situación de peligro de extinción de la vaquita marina, sino que esto es fruto de los cambios en el ecosistema por la cada vez menor llegada de agua del Río Colorado al Alto Delta del cuerpo marítimo.
El investigador Alberto Aragón sostuvo que luego de un trabajo especializado realizado en el llamado también Mar de Cortéz se llegaron a tres conclusiones básicas en el tema: 1) el entorno ecológico del Alto Golfo fue impactado drásticamente por el represamiento del Río Colorado; 2) la vaquita marina es una especie “estuarinodependiente” y este cambio influyen en ella; y 3) se debe reconocer que es un problema binacional y no solo compete a México resolverlo.
Sobre el primer y el segundo punto, el investigador explicó que conforme a disminuido la entrega de agua de Estados Unidos a México por el enorme número de presas que existen en suelo estadounidense, esto a impactado de forma negativa en la fauna local debido a que el agua dulce que llegaba a esta parte del Golfo de California creaba un ambiente único, sin el cual también otras especies han sido afectadas, como la totoaba.
Sobre la tercer conclusión, el investigador sonorense explicó que al ser el origen del problema las decisiones que se han tomado en Estados Unidos, el señalar y juzgar al gobierno mexicano y a los pescadores de San Felipe o Sonora del problema es injustificado y la situación se debe de tomar como un problema de ambos países y las medidas que limitan actividades primarias, como la pesca en el caso mexicano, deben de ser implantadas en los ambas naciones.
En rueda de prensa, el representante pesquero de San Felipe, Antonio Sunshine Rodríguez Peña, quien acompaño al especialista, aseguró que ésta información es suficiente para demostrar que los culpables de la etiqueta de En Peligro de Extinción que recae sobre el mamífero acuático no es culpa de los ribereños, por lo que exigió a los grupos ambientalistas internacionales que dejen de criminalizar la labor de los habitantes de la ribera del Alto Golfo de California y abandonen la presión que ejercen sobre el gobierno mexicano.
