Ramón Álvarez

Él es Juan, ella Juanita. Así le dice desde hace 69 años que se conocieron, él tenía 20 años y ella 13 cuando decidieron recorrer su vida como pareja. El destino los trajo desde Zacatecas hasta la colonia del mismo nombre, hoy esperan llegar, juntos, hasta el final de sus días.

“Vamos a cumplir 70 años de casados”, relata con sonrisa de perfecta dentadura el originario de Fresnillo. De ojos azules, apenas visibles entre los surcos de arrugas, don Juan platica, mientras doña Juanita ve atenta a un perro que flaco y curioso se detiene a olisquear la carreta donde el matrimonio vende dulces, cacahuates, papas fritas y lo que su presupuesto le permite, en la esquina ubicada en la calle Calera y Periodismo del ex ejido Zacatecas.

“Llegamos a la colonia cuando era casi puro lote baldío y piedras”. 

La vida transcurre con calma y silencio viendo pasar los carros. Una hija, “que se fue a vivir a Durango”, una nieta y cinco bisnietos, que los visitan ocasionalmente hacen más llevadera su existencia a esta pareja que durante 45 años tuvo una taquería donde laboraron juntos “hasta que el cuerpo lo permitió”. 

Don Juan acepta que hay días buenos y otros no tanto, pero “Dios, vecinos y familia, siempre sacan adelante”.

La pareja muy conocida en el ex ejido Zacatecas, se gana la vida vendiendo dulces y con el apoyo de sus vecinos y familiares. FOTO: Ramón Álvarez.

“No debo estar sentado tanto tiempo”, después de ofrecer unos cacahuates para demostrar la calidad del producto. “Es muy necio” replica doña Juanita desde su silla con una sonrisa. 

“Tenemos mucho cariño de la gente, ahora en Navidad, los vecinos nos trajeron pozole y hasta tamales, refiere el zacatecano quien como deseo de su vida, acepta es llegar con su Juanita juntos hasta el último día. “Dios quiera y así nos lo permita”. 

Los Juanes como él mismo acepta se dicen, se persigna con el billete y tal vez el primero de la jornada. El sol cala fuerte para ser mes de enero, es la 1 de la tarde. “Dios le de mucho más”, es su manera de dar gracias por la compra. Esa es la vida de Los Juanes. Una vida como ellos aceptan, “con altas, con bajas pero juntos para enfrentar y vivir la vida lo mejor posible”.

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