Francisco perdió su trabajo, amistades, obtuvo elevadas deudas y casi pierde a su familia, antes de descubrir que era víctima del trastorno de bipolaridad.

Hoy que se conmemora el Día Mundial para concientizar sobre el tema, narra cómo después de un año ha reconstruido su entorno poco a poco, gracias a la atención de especialistas y al apoyo de sus seres queridos.

Antes de ser diagnosticado, las personas más cercanas a él fueron víctima de su forma de ser involuntaria. “De cierta forma este trastorno actúa en ti como una droga; puedes estar hasta tres días sin dormir, sin sentir cansancio, sufriendo de alucinaciones o con un estado de ánimo muy elevado”, explica.

Este padecimiento además le ocasionó muchos problemas con sus seres queridos y su propia familia. “Hay una etapa en la que parece que te quitan los filtros; dices las cosas que piensas sin que te llegue a importar si vas a herir o hacer sentir mal a alguien, aunque sea alguien muy cercano…le dije cosas muy feas a mis empleados, a mis socios, a mi familia “, recuerda.

Esta situación lo puso en bastantes aprietos e incluso perdió su trabajo. Y en casa las cosas también se pusieron muy mal.

Otro aspecto del cual no se ha logrado reponer fue que antes de atenderse, se hizo de fuertes deudas. “Ese freno que uno se pone al momento de ir al mercado y que nos detiene a hacer compras innecesarias, se fue”. Francisco recuerda, por ejemplo, que al ir a la tienda echaba al carrito lo que se le antojaba en ese momento. “Adquirí deudas muy grandes y ya sin trabajo ha sido muy difícil de hacerles frente”, lamenta.

La bipolaridad es mucho más que una característica de alguien que pasa de un estado de ánimo a otro el poco tiempo. Es una situación muy seria y difícil de afrontar no nada más para quien lo padece, sino también para quienes le rodean.

“Mis familiares pensaban que diciéndome ‘ánimo, tú puedes, vas a estar bien’, era suficiente para que yo dejara de actuar como lo hacía, pero es algo involuntario que ocurre en tu cerebro y no se ve como una fractura o una herida”, expone.

Actualmente Francisco se atiende en el Centro de Salud Mental y sus avances han sido notables. De seguir así, es probable que en unas semanas regrese a trabajar.

Hoy ya puede acompañar a su pequeña hija a sus partidos de basquetbol, charlar y convivir con los demás padres, ir retomando su vida cotidiana. Como él, hay muchas personas que son atendidas en la actualidad por este padecimiento y por desgracia, muchas más que no saben que lo sufren.

Durante el 2018 el número de atenciones brindadas a través del Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California fue de 46 mil 825, entre los cuales están los trastornos afectivos tipo bipolar.

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