Llegó el #8M, el “Día D”, el día esperado por las mujeres que exigen justicia, vivir en paz y sin miedo.

Un momento importante que impulsa a los colectivos feministas a expresar sus sentimientos de coraje, de frustración, por la forma tan impune y cobarde en que son asesinadas y violentadas, en un mundo de machismo, como ellas dicen.

Unas 3 mil mujeres -de acuerdo a cifras contrastadas con organizadoras, agentes de seguridad y reporteros presentes- se dieron cita frente al edificio de Vicerrectoria de la UABC, por el bulevar Benito Juárez, para gritar:

“El Estado opresor es un macho volador…”
“Tiemblen marchistas, América será toda feminista…”
“Mujer, escucha esta es tu lucha…”

Muchas de ellas cubiertas con cubrebocas , paliacates, y vestidas con camisetas color naranja y morado. 

Fotos: Marco Vinicio Blanco.

Esperaron el momento indicado. Después de las 7:00 de la noche inició la marcha rumbo al monumento a Lázaro Cárdenas, tal y como estaba programado, para continuar gritando, exigiendo justicia, por las mujeres que no están, exigiendo vivir con tranquilidad por las que siguen vivas.

Algunas mirando con cautela, otras con reserva y algunas con recelo, por la presencia masculina y de representantes de medios de comunicación que fueron testigos del desarrollo de los hechos.

Llegaron los colectivos al monumento a Lázaro Cárdenas, estatua que esta noche, a diferencia de otras, permanecía a oscuras en medio de la glorieta donde se ubica, uno de los nodos viales más importantes de la capital del Estado. La figura de El Tata fue mudo testigo de otra visita a su espacio, el cual nuevamente fue pintado, ensuciado por el hartazgo del actuar de las autoridades que las revictimzan, las humillan al denunciar violencia en su contra.

Con mayor intensidad las mujeres ahí reunidas volvieron a gritar las tradicionales consignas que las hacen sentir fuertes, empoderadas y libres.

 

Algunas tomaron la voz. Gritaron el nombre de su amiga desaparecida, de su familiar asesinada, y les pasaron lista.

Todas eran una misma. Eran una sola voz, una sola exigencia de justicia, equidad, respeto y seguridad.

Después del cierre de la glorieta al tránsito vehicular, las mujeres regresaron en marcha al punto desde donde había iniciado la caminata. Ahí se despidieron, entre arengas, cánticos y consignas.

Así termina una noche del Día Internacional de la Mujer en Mexicali, solo para esperar hasta el siguiente año.

 Mientras los automovilistas retoman la cotidianeidad, la rutina diaria no alcanza a diluir las preguntas que  impregna el ambiente: ¿cuántas mujeres serán violentadas y asesinadas en este año?, ¿cual será la respuesta de la autoridad en la protección a la integridad femenina?, ¿será la sociedad más empática con sus reclamos, más solidaria en la defensa y derechos de ellas las mujeres , que con sangre y vida han logrado una posición importante en la historia? La respuesta está pendiente por conocerse.

Hasta entonces, la noche del #8M seguirá siendo de las mujeres.

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