El agente de la Policía Municipal que se quitó la vida al verse rodeado por sus compañeros quienes atendieron al llamado que reportaba disparos de arma de fuego en un domicilio del ejido Oaxaca, tenía tres armas de fuego en su domicilio, confirmó la directora de la Policía Municipal, María Elena Andrade Ramírez.
La jefa policíaca aclaró que ninguna de estas armas era de cargo, es decir, ninguna propiedad de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, corporación a la cual Álvaro García, el agente fallecido, pertenecía desde hacía 17 años.
La muerte del elemento, la madrugada de este lunes, causó consternación entre sus compañeros, quienes lo recordaron como un policía simpático, agradable y servicial.
Él vivía en el ejido Oaxaca, del Valle de Mexicali, con su pareja sentimental y sus tres hijas, quienes se encontraban en la vivienda al momento de los hechos. Ninguna resultó lesionada en los hechos.
La noche del domingo se reportaron disparos en el domicilio en cuestión, por lo que agentes de la Policía Municipal acudieron al sitio y confirmaron que se trataba de uno de sus compañeros, quien al ver la presencia de las unidades policíacas salió de su casa y les exigió que se retiraran.
Al ver que la persona se encontraba armada, comenzaron a dialogar con ella, pidiéndole que desistiera de su actitud violenta, que entregara las amas y que permitiera el ingreso de los uniformados a su terreno.
Los agentes rodearon la casa e intentaron llegar a él por sorpresa, para evitar lo que sucedió, pero “llegar a él sin que se percatara fue prácticamente imposible”, consideró la Directora de la Policía local.
Tanto el Sub Director operativo, como el Comandante de la corporación estuvieron presentes intentando disuadir al elemento de su actitud.
Ante los llamados a deponer las armas, el agente arrojó dos que traía en su poder. Elementos de la Unidad Canina estaban a punto de ingresar al terreno para someterlo cuando uno de los agentes les alertó que traía otra arma en su poder, por lo que frenaron la intervención.
A gritos los agentes que dialogaban con Álvaro quisieron disuadirlo para que no atentara contra su propia vida pero no pudieron evitar el trágico desenlace.
