Mexicali, Baja California.- Todo estuvo mal desde el principio. Decenas de reportes desatendidos, una denuncia oportuna y desdeñada, y la falta de presión en las tuberías, que llevaron a los bomberos de Mexicali a usar agua importada con urgencia de Estados Unidos. El incendio del edificio de la antigua Cámara Nacional de Comercio, que se erige a las orillas del Centro Histórico de Mexicali, fue devastado por el fuego la mañana de este jueves.

Horas después del siniestro que movilizó a decenas de bomberos, policías municipales, paramédicos y vecinos curiosos, una mujer permanecía sola en su camioneta blanca resguardando las ruinas. Era la presidenta -desde hace un mes- de Canaco Mexicali, y por ende responsable del inmueble, Lidia Granados Pacheco.

Bomberos al rescate del edificio de Bellas Artes, que sufrió daños leves en el incendio. Foto: Luis Felipe Gaspar.

Las llamadas al 911 comenzaron a llegar a eso de las 11:10 horas de este jueves, por vecinos y personas que pasaban por enfrente del inmueble ubicado en la esquina del callejón Reforma y Pedro F. Pérez y Ramírez Peritus. Las llamas salían por las ventanas del edificio que hace años fue la sede de los comerciantes mexicalenses, al Registro Estatal Electoral y otras dependencias gubernamentales.

El humo se veía incluso a las orillas de la ciudad.

Hoy el edificio solo albergaba a vagabundos que antes se guarecían dentro del Mercado Municipal, quienes al ver tapiado dicho inmueble ubicado una cuadra al sur, buscaron otro refugio, le cortaron un barrote a una de las rejas del inmueble hoy en ruinas, y lo adoptaron como suyo.

La densa columna de humo se alcanzaba a ver desde las orillas de la ciudad. Foto: Pablo Villagómez.

Las quejas y denuncias fueron numerosas, principalmente por profesores del Instituto de Bellas Artes del Estado de Baja California, vecinos inmediatos del inmueble convertido en hotel para personas sin hogar.

Les preocupaba que estaba lleno de basura y que era común que se viera a gente sospechosa merodeando y asomándose constantemente a Bellas Artes.

Bomberos de Caléxico apoyando con el suministro de agua. Foto: Bombero Miguel Castillo.

Pasó lo que tenía que suceder. La mañana de este jueves el profe, quien junto con su esposa vende gorditas justo frente al edificio hoy incendiado, notó que del edificio salía humo. Lo reportó al 911 y llegó una patrulla en minutos a revisar. El policía echó una ojeada y luego se retiró.

“¡Me fui a una cita al doctor y cuando regresé me encontré con todo esto!”, comentó el vendedor que se tuvo que instalar en la acera de enfrente, desde donde vio los esfuerzos de los bomberos de Mexicali, al principio inertes.

Agotados, bomberos se recuperan en una ambulancia de Cruz Roja, para regresar al combate. Foto: Luis Felipe Gaspar.

Los bomberos, narró, llegaron y comenzaron a combatir el fuego con el agua que traían sus máquinas, pero el fluido resultó insuficiente para la magnitud del evento. Rápido tendieron líneas a los hidrantes del área, pero la presión era muy baja.

“Hubiéramos podido pedirle a la Cespm que no subiera la presión del agua en esta área, pero las tuberías domésticas iban a empezar a tronar”, narra uno de los bomberos que atendió la emergencia. Los tubos que corren bajo la tierra de la Primera Sección de Mexicali tienen hasta tres décadas de antigüedad y por ello endebles.

Esa situación orilló a los bomberos a conectarse a una toma del otro lado del cerco internacional, desde donde sus colegas de Caléxico les tendieron una línea. Fue así como los bomberos consiguieron la presión del agua que requerían para lanzar chorros desde tierra y evitar que las llamas consumieran el edificio de Bellas Artes, que ya se había prendido.

Habían pasado pocos minutos desde que los bomberos abordaron el edificio, cuando parte del techo se les vino encima, envuelto en llamas. Dos resultaron heridos; uno de ellos sufrió lesiones menores, pero otro tuvo que ser trasladado al Issstecali de urgencia, por quemaduras que sufrió.

El traje de uno de los bomberos lesionados tras colapsarse el techo del edificio en llamas. Foto: Luis Felipe Gaspar.

Un puñado de bomberos entraron al edificio de Bellas Artes, que por la pandemia se encuentra sin alumnos ni maestros. Lograron evitar que las llamas hicieran pasto también de este edificio histórico. El saldo, unas ventanas rotas y parte del techo y un aire acondicionado dañados por las llamas.

“Lamentablemente tiene que pasar algo así para que las autoridades hagan caso. Por desgracia hoy ya es demasiado tarde…es una lástima; era un edificio que todavía podía ser muy útil, pero lo dejaron caer”, lamentó una maestra de Bellas Artes que veía con ojos de preocupación el desenlace del incendio que pudo haberse evitado.

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