A raíz de un cáncer que se le detectó hace tiempo, el escritor tampiqueño Benito Gamez González fallece el día de hoy.

El pasado 8 de agosto había realizado un comunicado en sus redes sociales para informar sobre su situación de salud:

Queridos amigos y hermanos:
Les notifico que el cáncer se ha extendido por todo mi cuerpo y que mi debilidad es extrema.
Sólo les pido que rueguen para que Dios tenga misericordia en este tránsito tan difícil entre la vida y la muerte.
Su oración y amor, el de mis hijos y de Argelia es el único sustento que me queda.
Cuento con ustedes.
Dios los bendiga a todos.

 

Una lista innumerable de escritores, artistas, promotores y personalidades de la cultura, han saturado las redes sociales de este gran escritor, brindando mensajes de aliento, recuerdos inolvidables y anécdotas que compartieron con Gámez.

En Baja California, era un escritor bastante querido y respetado en el medio cultural y literario, ya que su trayectoria es asombrosa.

Benito Gámez nació en la ciudad de Tampico en el año 1945, fue un poeta y profesor de literatura. Fue autor de los siguientes libros:  Asedio al Puerto (1993), Cicatrices luminosas: Un Mediterráneo de la mente (2004) y, Señales en el camino (2012). Conferencista, tallerista y estudioso de las relaciones entre la educación y la literatura. Estos eran temas que la apasionaban tanto, por la necesidad de dejar estrategias para fortalecer la compresión lectora, análisis de textos y cómo estos influyen para la educación en todos sus niveles.

Con base a ello, fue el creador del Diplomado en lecto-escritura vivencial de la Universidad de Baja California, esto mismo generó un impacto significativo en la escena cultural y sobre todo literaria.

Una de sus frases más célebres e incluso la tenía en su perfil de facebook era: “¡ Leer, leer, y después… ser osado!”

Para recordarle y rendirle un digno homenaje, se compartirá uno de sus poemas:

EL GALOPAR DEL CIELO
Con la cabeza en llamas
empuja el Caballo la luz del día
Su cuerpo inmenso
es un galope total que nos incluye
junto con todo lo que pasa.
Cuando lo contemplas levantarse en su manto de fuego
junto con él me elevo
hasta los bordes de su Cuerpo
hasta el centro de su lomo de nubes y de fuego.
Sus ojos oceánicos me dan el río de la vida
y me protegen de su boca de fuego.
Su voz retumba en la totalidad del cielo
y yo soy un tono agudo
un átomo de fuego[1].

 

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