El crimen organizado ha demostrado ser quien manda en Culiacán, por encima de cualquier institución, incluso las del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyas fuerzas se han tenido que someter a las amenazas de los narcotraficantes y liberar sin ningún argumento legal al hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, luego de detenerlo.

La tarde de este jueves un aparatoso operativo de las fuerzas federales lograron arrestar a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante más famoso y de los más poderosos, si no el que más, en la historia de México, en Culiacán, Sinaloa, municipio donde es bien sabido el poderío del narco, desde hace décadas. “El Ratón” es buscado por las autoridades mexicanas y de los Estados Unidos por tráfico de cocaína, metanfetamina y marihuana.

De inmediato las alertas se encendieron y decenas de videos invadieron las redes sociales. La gente de El Chapo amenazas a incluso por las frecuencias encriptadas de la policía, advirtiendo de la violencia que se desataría si Ovidio no era puesto en libertad.

Las amenazas surtieron efecto. Gente armada, con equipo superior incluso al del Ejército, Marina, Guardia Nacional y demás corporaciones convirtieron en una zona de guerra la capital sinaloense.

A nivel nacional el éxito obtenido con la captura del hijo de Joaquín contrastaba con el terror que sembraban en las calles células fuertemente armadas que hacían cantar la cócona, su cuerno de chivo…incendiaban camiones y hacían correr a familias, gente trabajadora, de esa que a diario sale a ganarse de manera honrada el sustento,, a amas de casa, niños y estudiantes.

Columnas de federales recorrían algunas calles con el ruido de las armas automáticas de fondo. Desde pisos arriba, algunos grababan y compartían en redes al resto de México que asombrado era testigo de ese momento dramático.

El sabor a un golpe bien asestado por el gobierno de López Obrador, el presidente de los abrazos, no balazos; del fuchi, guácala; cuyos colaboradores cercanos se habían sentado hace semanas apenas a negociar con el crimen organizado supuestamente sin su consentimiento, se fue desquebrajando. El rumor de la liberación de Ovidio que comenzaba a circular, estaba acallando los tuits que aplaudían el valor y arrojo de las fuerzas federales.

La veracidad de notas como la de La Jornada, fueron necesariamente cuestionadas, contrastadas y finalmente confirmadas. El argumento para liberar al hijo de El Chapo: lograr la pacificación de Culiacán, Sinaloa.

La calma no volvió a las calles. El gobierno local llamó a los habitantes de la ciudad a no salir de sus casas hasta nuevo aviso. Apenas dos fotos tomadas a Ovidio detenido por las fuerzas federales quedaron como testigos de la efectividad del operativo que terminó siendo derrotado por un crimen organizado cuyo poder aún no muestra su máximo alcance.

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