Pese al llamado urgente hecho por padres de familia y personal docente de la escuela Primaria María de Jesús Gil Morales, a autoridades educativas, para que les rescatasen del peligro en el que los cerca de 400 alumnos toman clase en este plantel ubicado en el fraccionamiento Las Flores, no hay una fecha aún para resolverles su situación.
Los alumnos ya se acostumbraron a tomar clases entre rejas.
Como PoderMX constató desde el 2 de noviembre pasado, los estudiantes tienen que tomar clase en salones enrejados, algunos sin energía eléctrica y sin ventanas, siendo los más afectados los pertenecientes a primer y segundo grado.
Han pasado semanas en las que los alumnos siguen tomando clases en estas condiciones por dos motivos: el vandalismo de desconocidos que durante la noche ingresan a causar destrozos a la escuela, y la lentitud con la que la autoridad educativa atiende estos contratiempos.
La única explicación que han recibido por la cual no se les han atendido sus peticiones, es porque no hay dinero, confirma Roberto Félix, director de la escuela ubicada en el céntrico fraccionamiento, a unos cuantos kilómetros de la Comandancia Central de Policía.
Los daños y robos a la instalación eléctrica del plantel son constantes.
“Nos ha recibido el Ingeniero Morgan (del Sistema Educativo Estatal) y nos atendió muy bien, pero afirma que está en espera de la autorización del recurso para reparar parte de los vidrios rotos, la barda que se está cayendo y la instalación eléctrica”, comentó el docente.
Según le han dicho en las oficinas gubernamentales, el expediente con sus necesidades ahora está en en el escritorio de Mónica Bedoya, directora de Normatividad e Inversión del SEE, y no hay para les den una solución, aunque el primer reporte se les entregó a las autoridades el 11 de octubre pasado, es decir, hace más de un mes.
Aclaró que de las 18 ventanas que están rotas, el Sistema Educativo les repondrá únicamente 10 y el resto tendrán que pagarlas los padres de familia a través de actividades para recaudar lo necesario.
El profesor dijo que los vándalos han seguido metiéndose a la escuela, pero los vecinos han hecho constantes llamados al 911 para reportar esta situación, lo que de cierta forma ha impedido que cometan más actos vandálicos.
Lo ideal, dijo Roberto Félix, es que haya un velador, pero tampoco hay dinero para pagar este servicio.
