¿Se transmite por aire el SARS-COV2? Los expertos no se ponen de acuerdo, y el debate se ha intensificado sobre si el coronavirus puede flotar en el aire por periodos extensos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) existe alguna evidencia de que sólo en ciertos casos podría darse el contagio por aire. En otras palabras, los estudios hasta ahora parecen indicar que aunque sí es posible la transmisión aérea del virus, no existe evidencia dura que haga pensar que sea el principal medio.
La OMS repetidamente ha restado importancia a dicha transmisión aérea del virus, enfatizando en su lugar, con evidencia substancial, los riesgos de contacto próximo con personas infectadas.
Pero ahora, más de 200 expertos han firmado una carta abierta a la OMS diciendo que ya es hora de reconocer la evidencia de que el coronavirus flota en el aire. La letra, publicada el 6 de julio en la revista Clinical Infectious Diseases, afirma que la OMS debe actualizar sus recomendaciones de prevención para ayudar a las personas a evitar esos riesgos. La OMS está al tanto de la carta y está revisando sus contenido, de acuerdo a un reporte de Reuters.
Esto es lo que debes saber sobre el debate actual y lo que significa para combatir la transmisión del COVID-19.
La OMS está revisando una misiva sobre la preocupación de más de doscientos científicos que sugieren que el virus puede transmitirse por vía aérea.
¿Qué es una transmisión aérea?
Al principio de la pandemia, los científicos pensaron que el virus se propagaba principalmente por medio de saliva o mucosa que las personas infectadas tosían o estornudaban. Dichas gotas, de hasta un milímetro de diámetro, caerían del aire a alguna superficie en un periodo corto. La OMS desde entonces ha mantenido que el coronavirus se transmite principalmente por la vía de esas gotas relativamente grandes, que no pueden viajar fácilmente más de 2 metros.
Pero conforme el tiempo avanza, cada vez más investigadores creen que el coronavirus puede permanecer en el aire más tiempo y viajar más lejos en gotas más pequeñas llamadas aerosoles, que pueden ser generadas simplemente por una conversación, respiración o por cantar.
Estos aerosoles, que son de un tamaño menor a 5 micrones en diámetro (1,000 micrones equivalen a 1 milímetro), pueden permanecer en el aire por periodos extendidos en lugares sin ventilación, posiblemente infectando personas tiempo después de que la persona infectada se ha ido del lugar.
¿Qué evidencia hay de que el virus flota en el aire?
Estudios de laboratorio han encontrado que el coronavirus puede persistir en el aire por al menos tres horas cuando es aerosolizado artificialmente, aunque esos resultados pueden ser difíciles de traducir a las condiciones del mundo real. Pero la evidencia de eventos “superspreader” también apuntan a las transmisiones aéreas. Por ejemplo, una sola persona infectada en una práctica de coro en Mount Vernon en Washington, EE.UU., infectó a al menos otras 45 personas, muchas de las cuales estaban a más de 2 metros de la cantante enferma.
Y uno de los primeros brotes en Guangzhou, China, fue ligado a un sólo caso positivo en un restaurante el 24 de enero. Esa persona infectó a nueve personas más esa noche, y un análisis del patrón de flujo del aire sugiere que los virus fueron trasladados hasta 6 metros por la unidad de aire acondicionado del lugar.
Los científicos todavía continúan investigando si la transmisión aérea es una característica común del contagio por COVID-19 o no, pero la evidencia sugiera que sí sucede.
¿Por qué esto es importante?
Las estrategias de prevención se deben basar en el modo de transmisión de la enfermedad. La OMS ha enfatizado continuamente la importancia de la distancia social y de lavarse las manos para luchar contra el contagio del COVID-19. Aunque esto todavía es importante, estas medidas son insuficientes contra un virus de transmisión aérea, que pueda viajar lejos en espacios cerrados y con poca ventilación.
Los autores de la carta abierta imploran a la OMS considerar actualizar sus recomendaciones para incluir el evitar el congestionamiento en edificios públicos, ventilar apropiadamente espacios cerrados, e introducir luz ultravioleta germicida a los sistemas de filtración de aire para ayudar a mitigar la transmisión aérea. Incluso una simple ventana abierta puede crear suficiente ventilación para prevenir que un coronavirus infecte a una nueva persona.
