Un sujeto detenido por la Policía Municipal con dos órdenes de aprehensión por distintos delitos, huyó de la autoridad mientras era atendido en el Hospital General de Mexicali.
Las puertas se cerraron. Durante dos horas las autoridades del Hospital General impidieron el acceso a decenas de personas que tenían citas programadas. La salida de pacientes y familiares fue minuciosamente supervisada en este lapso, mientras alrededor del edificio ubicado en la calle Del Hospital, en el Centro Cívico, agentes de todas las corporaciones policiacas revisaban metro a metro, en busca del escurridizo sujeto.
Momentos antes la Policía Municipal lo detuvo y al revisar sus antecedentes se dieron cuenta que era sospechoso de dos delitos. Como lo indica el protocolo, se dio parte a la Policía Ministerial.
Poco antes del mediodía agentes de la corporación preventiva municipal detuvieron al sujeto en cuestión en un operativo de rutina, pero al confirmar que era buscado por la justicia, lo llevaron al Hospital General a curaciones por algunas heridas leves que había sufrido al momento de intentar escapar de su captura.
En un parpadeo de los policías que lo vigilaban mientras era atendido, el sujeto salió por algún lugar del nosocomio sin que se percataran los agentes que lo vigilaban, ni tampoco los elementos de seguridad privada y de la PEP que comúnmente se encuentran custodiando a detenidos que son atendidos en ese sitio.
Ante la evidente movilización policiaca a las afueras del hospital y a la interrupción de los servicios programados, la Secretería de Seguridad Pública negó los hechos.
De manera oficial indicó que se trataba de un disturbio menor, que un indigente se había puesto agresivo y que ese era el motivo de la movilización, ademas que C4 no tenía registrada ninguna evasión del lugar, esto pese a que a varios de los usuarios del Hospital General se les impidió el acceso a su cita bajo el argumento de que un detenido peligroso se había escapado.
Dos horas después, elementos de la Policía Ministerial del Estado acabaron con el sueño de libertad del prófugo, al detenerlo a unas cuantas cuadras de su domicilio ubicado en la colonia Unión de Residentes Lázaro Cárdenas.
