Pensando en que se llevaría un jugoso botín, un hombre intoxicado por enervantes saltó el cerco de la parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, la madrugada del viernes, y causó destrozos para llevarse enseres usados en la misa y una batería del automóvil del sacerdote. El sujeto fue detenido cuando saltaba de nuevo el cerco, con parte de lo robado.

Fue cerca de las 5:00 de la mañana cuando el padre Jorge Zavala salió de la casa parroquial ubicada a espaldas del templo ubicado en la colonia Alamitos, para irse a hacer ejercicio y vio que su automóvil tenía la ventana estrellada. Caminó alrededor de la iglesia y vio que la mitad de un vitral también estaba estrellado, igual que una ventana de la sacristía; se habían metido a robar.

José, un hombre de 40 años, avecindado en la calle De las Rosas, de misma colonia, se metió en la madrugada y causó los destrozos para meterse al templo. Vio las copas y otros enseres usados para la consagración en la misa y al pensar que eran de oro, los tomó y echó en un bote de basura junto con el acumulador y demás artículos que le parecieron valiosos.

El ladrón se introdujo por la parte que destruyó del vitral de San Francisco de Asís.

Justo cuando iba saltando la cerca que colinda con la escuela primaria de la misma colonia, fue detectado por un policía municipal que hacía un recorrido de vigilancia, mismo que al ver que cargaba diversos artículos de la parroquia, lo detuvo de inmediato.

El mismo sacerdote acudió a presentar la denuncia correspondiente y solicitar la devolución de los artículos, en tanto que durante la mañana, personal de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado acudieron a recabar evidencias.

El mismo padre confirmó que resultaron más costosos los daños que causó el ladrón para meterse al templo, que lo que en verdad quiso robarse. Tan sólo la reparación de la parte del vitral que destruyó para entrar a la iglesia tiene un costo de 16 mil pesos.

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