El Presidente Peña en camino a su Quinto Informe de Gobierno.

Enrique Peña Nieto dejó bien claro este sábado quién es el principal adversario de cara a las presidenciales del próximo año. No solo para su formación, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI); también para el resto de organizaciones.

De hecho, en su opinión, para todo el país. Ni siquiera tuvo que mencionar a Andrés Manuel López Obrador para saber que cuando aseguró que “México debe evitar la vuelta al pasado y el retroceso” estaba fijando la mira en el dos veces candidato presidencial, líder en todas las encuestas. El presidente de México apeló a la unidad de las formaciones políticas para evitar la llegada de López Obrador a Los Pinos.

Un reporte especial del diario El País señala que en su último informe anual antes de las elecciones del 1 de julio de 2018, una suerte de discurso del estado de la nación en el Palacio Nacional ante lo más granado de la política y la economía mexicana, el presidente ofreció un discurso plano, sin apenas sorpresas ni emociones.

Peña Nieto apeló a los datos, vistos y analizados de la forma que más le convenía y dejó de lado las emociones y cualquier atisbo de tratar de relanzar su imagen, fuertemente golpeada en los sondeos a un año de abandonar el palacio presidencial. El llamamiento a la unidad del presidente a las formaciones políticas llega en un momento crítico. La elección de un miembro del derechista Partido Acción Nacional (PAN) como presidente del Senado, con el voto de cuatro diputados disidentes de la formación, ha fracturado al partido conservador. En el trasfondo están los votos que el PRI necesita para la elección del nuevo fiscal general del Estado un poderoso cargo que durará nueve años, más incluso que el del próximo presidente de México.

El único momento en el que Peña Nieto recurrió a los sentimientos fue al referirse, sin mencionarlo, al presidente de Estados Unidos, Donald Trump: “No aceptaremos nada que vaya en contra de nuestra dignidad como nación”, aseguró el mandatario mexicano, en claro guiño al muro que pretende levantar el inquilino de la Casa Blanca en la frontera con el vecino del sur.

En un gesto poco habitual en Peña Nieto, también defendió el programa de protección a los dreamers que Trump estudia finiquitar y cuya decisión se sabrá el próximo martes.

“A todos ustedes, jóvenes dreamers, solidaridad sin reservas”. El mandatario mexicano también se refirió a la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) y la incertidumbre que genera la posible salida de Estados Unidos del mismo, de acuerdo a las amenazas de Trump: “Buscamos sumar esfuerzos para que el bloque económico sea más dinámico, competitivo y próspero”.

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