Lo que estamos viendo en Estados Unidos, en el contexto de la elección presidencial, ha sorprendidos a todos, a propios y a extraños, porque es inédito que un presidente en turno despotrique contra el propio sistema electoral del llamado país más poderoso del mundo.

En los últimos días, lo que hemos visto es a un presidente Donald Trump empeñado en descalificar los resultados que no le favorecen y haciendo anuncios de que acudirá a la Suprema Corte de Justicia para resolver lo que considera una elección fraudulenta.

Por otro lado, el demócrata recién reconocido ganador de la elección, Joe Biden, avanzó poco a poco con resultados que también son sorpresivos, como el hecho de que, por ejemplo, obtuvo con una tendencia ganadora en Arizona, estado que desde 1948 no había expresado un voto demócrata mayoritario de forma tan clara, aunque debemos recordar que en 1996 Bill Clinton ganó debido a que un tercer candidato dividió el voto republicano.

Otro dato que es parte de la nueva historia en Estados Unidos, en que los resultados no favorecieron al presidente Trump, lo cual representa la cuarta ocasión en la que un Presidente en turno pierde la reelección, es decir, que se rompe una vez más la tradición de que se da una reelección para un segundo periodo.

Ahora, la pregunta que seguramente muchos ciudadanos mexicanos nos hacemos es: ¿Cómo beneficiará o como perjudicará a México el resultado de la elección en EU? ¿Qué habría sido mejor: que hubiese permanecido Donald Trump por cuatro años más o la llegada de Joe Biden con nuevas ideas, nuevas políticas y una nueva manera de ver la relación bilateral con México?

Bueno, sin duda, hay posiciones encontradas, pero lo que podría decirles es que ya conocemos la postura y el enfoque que Donald Trump tiene hacia México. Ya conocemos sus calificativos hacia los mexicanos y también ya sabemos su postura en el tema migratorio, y cómo en vez de propiciar una relación de buena vecindad con México ha promovido un cierre de fronteras y de poca disposición para combatir problemas comunes como el narcotráfico, claro, a no ser que permitamos la entrada de tropas estadounidenses como lo propuso en algún momento.

Es evidente la animadversión de Donald Trump hacia los migrantes y es notable su discurso pro racista, así como el discurso enfocado a la economía pero poco centrado en los aspectos de humanidad, incluso su desdén por el tema medioambiental.

En cuanto a Joe Biden, por lo menos podemos tener la expectativa de una forma diferente de gobernar y de que ante un gobierno nuevo la administración que en México encabeza el presidente López Obrador puede establecer nuevos acuerdos y romper viejos paradigmas que por años han dominado la relación entre los dos países vecinos.

De Biden se sabe que su liderazgo con la base electoral de Estados Unidos, al ser un político emanado de una clase social humilde, le da mayores posibilidades de conectar con los ciudadanos una vez siendo Presidente.

En fin, no podemos desestimar el impacto que tendrá en México durante los próximos cuatro años la decisión que hoy han expresado millones de estadounidenses, cerrándole la puerta y Trump para otros cuatro años y darle oportunidad a otro político.

Ahora sí que en este caso, en la elección de Estados Unidos, para México “más valdría bueno o malo por conocer, que malo por conocido”.

Correo de Jesús Manuel.
@JessManuelAngu3

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