La anunciada visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Baja California, tiene, sin duda, el propósito de poner orden y calmar los ánimos entre la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda y su antecesor, Jaime Bonilla Valdez, luego de que este no ha dejado pasar oportunidades para hacerle ruido a la hoy mandataría.
Parece que el Senador ha estado muy ocupado y no viendo por lo que a Baja California le interesa, sino más bien moviendo el engranaje para hacer una guerra silenciosa y fraguando ataques estructurados contra Marina del Pilar.
Y ha echado mano de una de sus empresas -PSN- para desde ahí lanzar constantes ataques hacia la mandataria, sin ningún recato, pero al parecer también sin el efecto que esperaba conseguir, ya que, además de esta medida, ahora están echando mano de funcionarios que sobrevivieron de la anterior administración y siguen en la actual.
Es decir, usando a operadores bonillistas muy bien ubicados en temas de salud y puestos clave de la efímera administración de Bonilla, buscan cobrarles la “oportunidad” de haberles dado la chamba a cambio de traicionar o golpear al gobierno en turno o en caso contrario les estarán sacando sus trapitos en páginas de redes sociales de esas que se prestan a este tipo de guerras sin en menor recato, pero que tienen tan poca actividad orgánica que necesitan acudir a estas medidas para subsistir. De esas, pues, que en su pecado llevan la penitencia, pues ¿quién querría anunciarse en un medio con tan pocos escrúpulos? En fin, cada quien.
El caso es que quien se niega a entrarle, le hacen su campañita de que es corrupto, panista, antitransformación o lo que les venga en gana para hacerles daño. Esto ha sucedido con mayor énfasis en el sector salud, donde algunos mandos medios repitieron o fueron promovidos y ahora los bonillistas los quieren usar como caballos de Troya o de lo contrario los queman con cualquier artilugio.
Así que estos bonillistas operadores inundan los whatsapps de sus amigos con vínculos a páginas con pocos seguidores, que incluso ni notas políticas suelen manejar, con informaciones salidas desde la pus del oscurantismo, en lo que al parecer son especialistas.
Con todo esto, Jaime Bonilla, estima tener en vilo el gobierno actual, para cuando arribe AMLO, tener plagado de dudas el gabinete y a los servidores públicos estatales, enredados en supuestos chismes de corrupción, creados expresamente para hacer ruido y guerra a la actual administración. ¿Qué tanto le irá a hacer caso el Presidente a quien dice ser su amigo personal?
P.D. La visita del gallo más gallo, del mas carismático y preparado, del posible plan B, o C… o D, de Marcelo Ebrard, pues, a Mexicali, resultó muy aguada. No prendió, en función a las expectativas que se tenían. Mataron el evento con un kilométrico video y acartonadas intervenciones, como si hubieran salido de diputados… Por cierto que Marcelo además le sacó la vuelta a los medios. Me extraña pues de las corcholatas es el más elocuente. En fin, la mejor opinión es la de usted.