El interés de observar y reflexionar en torno a fenómenos socioculturales en la escala regional, cobró especial relevancia en las últimas décadas debido a una renovada vigencia producida por los procesos emergentes que resultaron del incremento de las interacciones y flujos de intercambio en las distintas escalas espaciales -mundial, nacional, local- que la globalización desencadenó.

Para explicar la cultura regional es importante acercarse a la interpretación de las identidades sociales, dentro del marco de su historia y su memoria colectiva. Es relevante analizar las múltiples simbologías de la región, sus culturas institucionalizadas, los movimientos sociales instituyentes, los valores regionales, así como escudriñar las nuevas ciudadanías y las identidades emergentes.

La construcción de las comunidades fronterizas imaginadas se soporta en las construcciones de sentido que comparten los integrantes de un grupo social determinado.  Siguiendo a Benedict Anderson, un grupo primero se imagina y después se constituye, con el tiempo muta, adaptándose a las nuevas condiciones; siempre determinado por la puesta en común de sistemas singulares de representación, como el lenguaje y otros complejos de signos y artefactos culturales compartidos. Léase monumentos, archivos, museos.

El 1 de marzo es la nueva fecha de inauguración del Museo Wok de la Comida China-Mexicalense, que los promotores de este proyecto han fijado. Será un espacio museográfico integrado por artefactos culturales, información textual y obras de arte plástico en distintos soportes. Se pretende narrar el surgimiento de la comida china en Mexicali.

La trayectoria de Ismael Castro, coordinador del programa de Culturas populares del IMACUM y responsable de este proyecto, la investigación a cargo del Dr. Marco Antonio Samaniego, el arte plástico de Pablo Castañeda, auguran resultados positivos.

A través de una línea del tiempo se contará una versión de la historia de hibridación cultural-gastronómica más rica del noroeste de México. Será eso, una versión. Seguramente, generará debate. Para algunas voces interesadas en el estudio de la historia mexicalense, el tema de si la comunidad china fue o no fundadora de Mexicali, aún no está resuelto. Es positivo que se discuta con seriedad la historia regional.

Algo inobjetable es que desde las primeras décadas del siglo XX se dio un proceso de inmigración de trabajadores chinos a esta frontera. Llegaron. Se asentaron. Algunos fueron expulsados y otros repatriados, en distintos momentos. Es innegable también, que esta comunidad cuenta con una gran capacidad de organización en redes comunitarias. La comunidad china se distingue por un sólido capital social y una importante fuerza de trabajo, que les ha permitido consolidar su poder político, económico y cultural en Mexicali, por encima de cualquier otro grupo de inmigrantes extranjeros.

El poder acumulado por la cúpula de la comunidad china, los sitúa como pieza clave aliada del proyecto político de la actual presidenta municipal y candidata a la gubernatura, Marina de Pilar Ávila Olmeda. Esta capacidad de interlocución de tú a tú, explica en gran medida el interés del gobierno por “rescatar” el centro histórico, incrementar la presencia de la seguridad pública y los proyectos muralísticos en el barrio La chinesca. Y por supuesto, la celeridad para concluir el Museo Wok de la Comida China-mexicalense en la víspera de la campaña política por la gubernatura de Baja California.

Los museos gastronómicos son interesantes como fuente informativa. Ahí se puede aprender y pasar un buen rato. Con fortuna he conocido el Museo del jamón en Madrid, de la cocina yucateca en Mérida, del chocolate en Uxmal, del  tequila en Jalisco y el del vino, en Valle de Guadalupe. Siempre me he quedado con una grata experiencia de conocimiento en el recorrido de la museografía y la narrativa de los objetos-símbolo ahí dispuestos.

No obstante, un museo debe competir con la elevada intensidad en la experiencia que experimentamos al asistir a un restaurante o a un mercado popular, que son microsocomos simbólicos que exigen poner en juego todos nuestros sentidos. Por ejemplo, aguardo con el mismo interés la inauguración del Museo Wok y del restaurante chino de imponente arquitectura Imperial Garden, ubicado en avenida Madero y calle G.

 *[No. 23/2021]. El autor de esta publicación es profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Humanas, UABC.

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