José Delgado tenía 82 años de edad. Le conocían como Don Coricos, pues desde hace años visitaba el edificio del Poder Legislativo a vender las galletas conocidas así.
El peso de los años le hacía cada vez más difícil ganarse la vida al recorrer caminando cada pasillo, cada oficina y cada rincón del recinto ubicado en el Centro Cívico, un edificio que, de no ser por su elevador, sería inaccesible para las personas con discapacidad motriz o adultas mayores.
Unos días después de la toma de protesta de la XXIII Legislatura, ese mismo elevador quedó averiado y quienes necesitaban de subir a las plantas superiores del inmueble tuvieron que comenzar a hacerlo a pulmón, es decir, por las escaleras.
La molestia entre los empleados del Congreso de Baja California se fue agriando, sobre todo por la falta de fecha para repararlo, pues decían, no había aún presupuesto para ese lujo.
Abuelitos y muchas personas con discapacidad tuvieron que postergar su visita para hacer algún trámite ante los diputados que ahí despachan, menos Don Coricos.
Este martes llegó al edificio y pese a la advertencia de algunos empleados de que no debía intentar subir por las escaleras pues a su edad era muy peligroso, Juan se decidió a intentarlo.
Las piernas le fallaron en el intento y cayó en su esfuerzo. Paramédicos le fueron a auxiliar en medio de varios empleados que, preocupados, intentaron darle auxilio al conocer de este accidente.
Fue llevado a un hospital de esta localidad, donde esta tarde falleció como consecuencia de los golpes sufridos en su caída.
Aún no hay fecha para la reparación del elevador.
