Hugo Ruvalcaba

Tras el resultado del pasado proceso electoral en Baja California, así como los resultados de las elecciones del 2018, la oposición prácticamente quedó desdibujada.

Lo anterior dio paso a un poder casi absoluto de MORENAy sus aliados, donde actualmente, en el caso de Baja California, tienen mayoría en las Cámaras Federales, tienen el Gobierno de la República, ganaron la Gubernatura, las cinco alcaldías, la mayoría de los Cabildos, así como la totalidad de los distritos electorales locales en juego.

En el caso del PAN, de haber sido poder durante 30 años, terminaron con solo dos diputados locales y no más de dos o tres regidores por Cabildo. Pero además, no tendrán ya el poder estatal ni ninguno de los Ayuntamientos. El gobierno federal, de igual forma, lo perdieron desde el 2012.

Dicho de esa manera, deberán sobrevivir políticamente de una manera ingeniosa, pues durante todos estos años subsistieron gracias a una estructura de votos que lograron por los recursos oficiales, programas de gobierno, así como un ejército de trabajadores de gobierno, afines a ellos.

Para centenas de trabajadores desempleados en las siguientes semanas, relacionados al PAN, ya no va a ser prioridad el partido político, sino subsistir económicamente, junto con sus familias. Aunado a eso, deberán sortear los embates que vengan del nuevo gobierno de Jaime Bonilla y de Morena, donde seguramente sacarán a la luz pública acusaciones de corrupción e irregularidades de administraciones panistas.

El PAN por lo tanto, además de buscar sobrevivir como oposición, con las pocas posiciones políticas aseguradas, tendrán que ver cómo reconstruir su partido, además de ver la forma de fortalecerlo de nueva cuenta.

Las cosas por tanto, no serán sencillas para el blanquiazul, donde deberán superar sus diferencias internas, hacer un análisis interno y una autocrítica de sus errores. A la par, deberán hacer a un lado a quienes no respondieron a las expectativas como funcionarios y militantes.

El caso del PRI también es bastante complicado. En el caso de Baja California, sólo tendrán un diputado y un regidor por Cabildo. En el 2018 perdieron el gobierno federal, y no tendrán un solo Ayuntamiento bajo su cargo. A nivel nacional, arrastran también problemas financieros que les hace difícil la subsistencia político electoral.

Aunado a lo anterior, viven también un serio problema de pleitos y divisiones internas, además de una crisis de credibilidad entre la población, junto con un alto porcentaje de desprestigio.

En el escenario nacional, aunque a muchos priistas les emociona la posible y casi segura llegada del ex gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, a la dirigencia nacional, no todo es tan simple. “Alito” junto con una camada de priistas de nueva generación, podrían sentirse más cómodos jugando a ser oposición, dada la relación tersa que tienen con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Tal como le sucedió al PRI de Baja California, que desde 1989 aprendió a cohabitar y cogobernar con el PAN sin terminar de ser oposición.

A pesar de ese panorama, el cuadro no conviene a nadie en la entidad, pues ahora más que nunca se vuelve necesaria una sociedad con contrapesos en el poder. Sin embargo, habría que ver si al PAN o al PRI les alcanza para ser esa oposición que se requiere, o algunos otros partidos emergentes o incluso nuevos, podrían jugar ese papel. De lo contrario, un escenario sin una oposición articulada y fuerte, puede llevar a otras situaciones peligrosas.

Correo Electrónico: ruvalcaba.hugo@gmail.com

Facebook Comments

Comentarios

comentarios

GRACIAS A TU DONATIVO PODERMX SIGUE SIRVIENDO A LA COMUNIDAD.