Nuestra meta debe ser la unidad para que el mundo crea, y que el testimonio que demos con ello impregne en las comunidades que el Señor nos ha confiado.

Mons. Enrique Sánchez Martínez

Cuarto Obispo de la Diócesis de Mexicali

La Diócesis de Mexicali ya tiene pastor. Monseñor Enrique Sánchez Martínez ha llegado hasta esta capital para tomar el báculo de la Iglesia que Florece en el Desierto. Su mensaje inicial: de inclusión y respeto, de reconocimiento a los problemas que afectan a la sociedad, los cuales deben ser atendidos a la luz del Evangelio. Ha propuesto una Iglesia de puertas abiertas, pero también de preservación de los cánones de la fe y desde ahí, procurar el rescate del más desprotegido.

Originario de Cuéncame, Durango, segundo de una familia de nueve hermanos, y avecindado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde fue consagrado Obispo desde noviembre del 2015, tuvo este martes su primer encuentro con los fieles de Mexicali, San Felipe y parte parcial de Sonora, que comprenden esta Diócesis.

 Su conocimiento sobre los usos de la región es escueto. “Sé que a los de aquí les dicen cachanillas, pero todavía no sé por qué”, ha reconocido en el primer encuentro con reporteros, en el Seminario Diocesano, a donde llegó acompañado por el representante del Papa en México, Mons. Joseph Spiteri, y el hasta ayer administrador diocesano, Francisco Moreno Barrón, Arzobispo de la Diócesis de Tijuana.

Sánchez Martínez llega para cubrir el vacío dejado por Mons. José Isidro Guerrero Macías, tercer Obispo de Mexicali, fallecido el 23 de febrero del 2022, por problemas de salud, tras una prolongada convalecencia. Desde entonces la Diócesis quedó bajo la responsabilidad de Moreno Barrón, hasta este martes 7 de noviembre.

 Los Obispos de la Diócesis de Mexicali

Meterse en la vida diocesana, no en la política partidista

Sánchez Martínez llegó por Tijuana y desde La Rumorosa pudo ver a lo lejos parte del territorio que abarca su responsabilidad. Ya en el Auditorio del Seminario, ante reporteros de diversos medios de la región, los tres prelados respondieron dudas.

El Nuncio reconoció que la crisis de salud provocada por la enfermedad COVID-19 hizo difícil avanzar en la designación del nuevo Obispo de Mexicali, a la vez que los desafíos actuales han puesto en aprietos la vocación entre los jóvenes, aunque precisó que no en todo México hay esa escacez.

“Yo vengo dispuesto a meterme a la vida de la Diócesis”, afirmó por su parte el Obispo, quien adelantó su interés por conocer las comunidades de esta demarcación y a los grupos religiosos que la comprenden.

El prelado resumió. Su propósito desde este día es “hacer lo que tenemos como mandato: la evangelización”.

Reconoció que al venir de una comunidad cercana a la frontera, ha observado los nuevos cauces de la migración. “El Papa ha hecho un llamado especialmente a los obispos a hacernos cargo de esta pastoral, del cuidado de los migrantes”.

Y más allá está en el horizonte el proceso electoral. Para nadie es un secreto que algunas de las políticas impulsadas por el partido en el poder, MORENA, no van de acuerdo a los preceptos de la Iglesia Católica, empezando por el aborto y pasando por las uniones entre personas del mismo sexo.

En lo que se refiere a la intervención del clero en la política, Sánchez Martínez reconoció: “No podemos estar al margen de lo que sucede en el país”, sin embargo, definió que su injerencia no va por la política partidista, “pero sí podemos opinar desde el Evangelio, sobre la política”, acotó.

“A nosotros nos corresponde formar, nos corresponde acompañar a los laicos, para ayudarles a que tengan ese desarrollo y esa formación, para que puedan participar en la vida política”, dijo, a la vista de las elecciones venideras, las más importante en la historia del país.

Ante la diferencia de preceptos, el respeto

Monseñor Sánchez Martínez tocó las fibras sensibles de la diversidad sexual y la defensa del derecho a la vida. Por encima de ambos propuso, el respeto y la luz del Evangelio.

“Es un tema muy difícil de tratar, pero nosotros tenemos muy claro que ante todo, partiendo del Evangelio, tenemos un respeto profundo por la persona y hacia allá es a donde tenemos, pienso yo, que debemos encaminarnos”, expuso sobre aquellas personas que se identifican con orientaciones sexuales diferentes.

“No estamos en contra ni condenamos a las personas que tienen otra orientación sexual”, insistió el pastor recién llegado a Mexicali.

Reconoció que la Iglesia tiene diversos retos ante sí, como por ejemplo, cómo se deben tratar los casos de niños por bautizar que tienen dos mamás.

“La iglesia no acepta que esas uniones de personas del mismo sexo sean llamados matrimonios. Tenemos nuestras razones muy respetables también y no los aceptamos en la vida interna de la Iglesia…pero respetamos a las personas”, explicó el prelado, quien admitió que desde el catolicismo se trata de preservar, por una parte, el respeto de la vida del niño y por otra salvaguardar la doctrina cristiana.

“Cuando tengamos que tomar una decisión, será una decisión de todo el Episcopado Mexicano”, cerró.

Finalmente, el sacerdote dejó en claro que lo que no está en duda es la defensa de la vida. “Somos defensores de la vida. Eso nadie nos lo va a quitar, pero a muchos no les parece…también nuestra convicción tiene que ser respetada”, pronunció.

La Iglesia que florece en el desierto

Una vez concluído el encuentro con medios de comunicación, el Cuarto Obispo de Mexicali inició su recorrido, por la avendia Reforma, hasta las puertas de Catedral. Lo hizo en la parte posterior de un Jeep, blanco, desde donde saludó a las cientas de personas que hicieron una valla humana desde los jardines de Rectoría, hasta el templo ubicado en el corazón Centro Histórico de Mexicali.

Adentro de la iglesia, aguardaban las bancas llenas de sacerdotes provenientes de cada rincón de la Diócesis, religiosas y laicos consagrados pertenecientes a diferentes movimientos católicos.

Luego de un profundo silencio, de rodillas ante el Santísimo Sacramento, Monseñor Sánchez Martínez encabezó su profesión de fe al pie del altar dedicado a la Virgen de Guadalupe.

Tras la ceremonia realizada en Catedral, los sacerdotes partieron para aguardar el momento en el que iniciaría la celebración eucarística en el Auditorio del Estado, recinto que fue abarrotado por la feligresía, donde fue embestido formalmente como el Cuarto Obispo de la Diócesis de Mexicali.

 

Ahí conminó a los presentes y a quienes siguieron la transmisión de la misa a través de redes los medios electrónicos, a ser “una Iglesia viva, de puertas abierta, misricordiosa, para así seguir floreciendo, como una Iglesia para todos.”

Y reiteró lo dicho en la rueda de prensa: “No podemos ser ajenos a los problemas de nuestro México, ni a los que vivimos en el estado de Baja California, ni en nuestra Diócesis. Son muchos y todos los conocemos.”

 

“Hay problemas profundos, pero es ahí donde debe ser escuchado el Evangelio”, definió, especialmente a las comunidades que sufren más las consecuenicas, “los decartados, los migrantes”.

“Nuestra meta debe ser la unidad para que el mundo crea y que el testimonio que demos con ello impregne en las comunidades que el Señor nos ha confiado.” 

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