Una grave situación de sobrepoblación, hacinamiento y de abuso laboral prevalece al interior de la cárcel de Mexicali, donde el deterioro de las instalaciones y la insuficiente administración de los alimentos ha sido denunciada por familiares de internos, celadores y abogados defensores.

Espacios creados para 6 personas, pero en las que cohabitan incluso hasta 26 hombres, trabajo en la cocina de una empresa particular contratada para proveer el alimento a los reos, en donde se les paga un sueldo de mil 200 pesos mensuales a cada trabajador, sin ningún otro beneficio, y alimentos insuficientes y de mala calidad, han sido documentados por este medio a través de entrevistas, debido a que el acceso a entrevista con reos y el ingreso a las celdas fue restringido para medios de comunicación durante esta administración gubernamental.

Familiares de presos que se encuentran como internos de las instalaciones del Centro de Reinserción Social de Mexicali, ubicado en la céntrica calle Sur de esta ciudad, se dicen preocupados por las condiciones en las que están sus seres queridos.

“Sé que es una cárcel, no un lugar con privilegios, pero las condiciones en las que está mi esposo y todas las personas con las que vive en una celda, son inhumanas”, mencionó la esposa de uno de los internos, cuya identidad pidió fuera reservada.

La desesperación y molestia entre quienes permanecen hacinados, dijo, va creciendo, lo que pone en riesgo la gobernabilidad de este lugar. Ello, aunado a la insuficiente y deficiente dotación de alimentos para los reos, y la situación irregular en la que trabajan para la empresa dedicada a elaborar sus comidas, hace más endeble la situación.

En diciembre del 2018 los Ceresos de Mexicali y Ensenada fueron certificados por la Asociación de Correccionales de América (A.C.A.) por haber cumplido con el 100% de sus estándares establecidos, hecho corroborado por los auditores tras una minuciosa revisión en ambos Centros, en la cual, se dijo en aquel entonces, se constató que reúnen al 100% los estándares de calidad en infraestructura, derechos humanos, procesos operativos, procesos administrativos y programas de reinserción social.

De acuerdo al entonces secretario de Seguridad Pública del Estado, Gerardo Manuel Sosa Olachea, dicha acreditación logró posicionar una vez más a nivel internacional al Sistema Penitenciario de Baja California, “lo cual transparenta que cuenta y cumple con la estrategia de seguridad integral
a beneficio de las personas privadas de la libertad”.

Sin embargo, para abogados que visitan de manera regular la cárcel de Mexicali, se trata de una mera simulación.

“¿Cómo se puede certificar un penal en donde viven hacinadas 24, 26 personas por celda, en un espacio hecho para máximo seis personas?”, cuestionó uno de los licenciados que acude a defender a uno de sus clientes a este penal, quien dijo además temer represalias para su cliente y sus familiares de revelar su identidad.

Señaló que para lograr pasar la auditoría, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado trasladó internos de la cárcel de Mexicali a El Hongo, con lo cual ocultó el grave hacinamiento.

Además los presos que trabajan adentro de la cárcel para la empresa denominada “La Cosmopolitana”, consideró que son víctimas de abuso por parte de la misma, pues a cambio de un trabajo nada sencillo, les pagan mil 200 pesos al mes, a manera de beca, lo cual no se compara en ningún momento con el salario de una persona que hiciera las mismas actividades fuera del Cereso y que tampoco cumple con lo establecido en la Ley Nacional de Ejecución Penal.

Además de la mano de obra barata, complementó, la empresa utiliza el gas, el agua, las instalaciones y la energía eléctrica del sistema penitenciario, lo que debería de abaratar los costos o al menos mejorar la calidad de los alimentos, los cuales no es extraño que se sirvan en estado cuestionable.

Otra situación que preocupa también a los custodios es el deterioro de las instalaciones del penal, como consecuencia de un mantenimiento preventivo, lo que lo ha convertido en un sitio no apto para las funciones que debería de tener, par albergar a más de 2 mil 400 personas, entre hombres y mujeres que se encuentran en este mismo centro.

La situación del Cereso de Mexicali contrasta con las condiciones en las que se encuentran los internos del Centro de Internamiento para adolescentes, donde en un espacio con capacidad para 190 personas se encuentran apenas 16, aunque la falta de mantenimiento y de alternativas de acerbo para los adolescentes también están presentes.

Ante estas condiciones, el riesgo de una situación de ingobernabilidad al interior de la cárcel de Mexicali, se teme presente, tanto por parte de los familiares, como abogados de los internos, e incluso algunos empleados del penal de esta capital bajacaliforniana.

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