CIUDAD DE MÉXICO. Luego de enfrentar una valiente batalla contra el cáncer, la reconocida vedette nacionalizada mexicana, Gina Montes, falleció en la ciudad de Nueva York, a los 71 años de edad. Ella alcanzó la fama al ser la dama que con su baile anunciaba el inicio de La Carabina de Ambrosio, programa de comedia famoso en los años ochentas en la televisión mexicana.
Aunque la irreparable pérdida de la famosa bailarina se dio el 27 de enero pasado, fue hasta hoy que se hizo público.
La triste noticia fue compartida por periodistas del medio del espectáculo. Aunque aún se desconocen detalles sobre las circunstancias de su muerte, se espera que en las próximas horas familiares y amigos cercanos de la exbailarina compartan más información sobre este doloroso suceso.
Gina Montes, cuyo nombre real era Regina Inés Barbosa Govea, dejó una huella indeleble en la historia del espectáculo. Nacida en Brasil, Montes se destacó no solo por su destreza en el baile, sino también por su increíble capacidad para sobreponerse a las adversidades de la vida.
Ella fue quien acuñó al aire frases como “Denankiu”. Sus participaciones en La Carabina de Ambrosio eran limitadas, pues la vedette no sabía hablar mucho español.
Heredó la pasión por el baile de sus padres: Milsiño Govea Pereyra, músico, y su madre, una actriz cómica y dramática de teatro. A los 7 años, se unió con sus hermanas Mimi y Beth, para formar un grupo de baile infantil. Su carisma les abrió las puertas de la televisión, donde se desempeñaron como bailarinas y coreógrafas en diversos programas.
El empresario Adolfo Figaredo descubrió su talento y las contrató para una temporada en el cabaret Coopeco, adoptando el nombre de las hermanas Montes en Brasil. Este fue un paso crucial en sus carreras y marcó el inicio de su camino hacia la fama.
A los 15 años, Gina Montes transformó su figura mediante el baile y el ejercicio, convirtiéndose en una figura sensual y atractiva. En 1976, las hermanas Montes buscaron nuevas oportunidades en México, enfrentando desafíos personales, como la enfermedad y fallecimiento de su padre. A pesar de estas adversidades, Gina perseveró en su búsqueda artística en tierras mexicanas.
Su debut como solista se produjo al integrarse a un grupo de bailarinas cubanas en el centro nocturno “La Ronda”, destacándose como bailarina en el programa de televisión “Vamos a Cantar” junto al cantante César Costa. Su participación en ‘La Carabina de Ambrosio’ consolidó su estatus como vedette, siendo recordada por su talento y carisma en el escenario.
