Este espacio de apuntes integra en esta ocasión un Foto-Ensayo del reconocido fotógrafo y profesor universitario Víctor Medina Gorosave. Las imágenes hablan por sí mismas. Con la aspiración de construir nuevos significados de nuestra realidad cultural fronteriza, se suma a este discurso visual el texto del autor de In Between.
La celebración del Día de Muertos del año 2020, ha quedado registrada como una fiesta vivida en un entorno de emergencia sanitaria, realizada afuera de los panteones y como una festividad mexicana de gran potencia simbólica, que forma parte de redes globales de consumo mediático y cultural.
No solo cambió este año el Día de muertos en su práctica ritual, por el cierre de los panteones decretado para contener la propagación del coronavirus. En distintos órdenes de la vida social y productiva vinculados a la fiesta de manera directa, se han gestado algunos cambios notorios; en el de la comercialización: Florerías, papelerías y restaurantes, resintieron en su economía las bajas ventas en comparación a otros años.
Los cambios en las prácticas socioculturales por la fuerza de la pandemia, en el campo de la comunicación mediática regional han influido en la realización de ajustes para adaptarse a las nuevas condiciones –como señala Manuel Martín Serrano- que obligan a los periodistas a buscar nuevos códigos para reportar lo que antes se narraba con cierta orientación cíclica e inercial, como resultado de las rutinas productivas de los medios en esta frontera. Este año no hubo música ni colorido en los cementerios, ni celebraciones religiosas masivas, ni romería en el espacio público. Las noticias y comentarios se tuvieron que producir de forma distinta.
En el ámbito social comunitario, puedo anotar que algunas familias fronterizas acostumbran realizar alguna actividad en grupo, después de visitar el panteón. Acudir a algún restaurante, reunirse en el “porche” o patio de la casa a seguir la plática o preparar alguna comida con significados de fin de semana. Seguro hay otras formas, pero, lo relevante es el ánimo para permanecer reunidos. Una actividad vedada en este momento pandémico.
En el espacio institucional, las universidades y los centros culturales hicieron uso de las tecnologías digitales para transmitir información alusiva a esta fiesta en sus propios medios externos, realizaron actividades académicas de análisis social, histórico, cultural y antropológico, que transmitieron en vivo; así como otras de carácter asincrónico, divulgadas en sus distintas plataformas institucionales.
Por último, en los márgenes de la globalización emergieron este año nuevos signos de la presencia simbólica del Día de muertos en los mercados internacionales. Dos ejemplos, se sumaron este 2020 a la producción cinematográfica de Coco (2017), la línea de tenis y ropa deportiva Nike The day of the dead (2020) y la imagen de Minnie de Disney en versión Catrina Day of the dead (2020). Un reconocimiento al poder de consumo de la población de origen mexicano y latina en EE.UU, que se puede llegar a entrelazar con el poder de voto de estas comunidades de zonas específicas en la Nación americana, este 2020 de votaciones presidenciales.
*[No. 8/2020]. El autor de esta publicación es profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Humanas, UABC.
