Historias de la frontera México-EE.UU.
Dos equipos de basquetbol colegial sostuvieron un altercado al final de un juego de campeonato en el sur de California. El hecho fue noticia en ambos lados de la frontera durante los últimos días, debido a que el equipo de mayoría étnica blanca arrojó tortillas al equipo de mayoría étnica latina.
The San Diego Union Tribune, Los Angeles Times, Frontera y muchos otros medios de ambos lados del muro reportaron este hecho. La tendencia en el tratamiento periodístico fue la reproducción de voces de actores sociales y distintas organizaciones que percibieron en el lanzamiento de tortillas, al final del juego entre Coronado High School y Orange Glen, una clara sugerencia de racismo. La elevada producción discursiva en torno a este hecho, se demuestra con la búsqueda en google que arroja 290,000 resultados a partir de los descriptores Tortillas y Racism.
Las narrativas de ambos lados justificaron posturas ideológico-políticas. Quienes lanzaron las tortillas argumentaron que esta es una tradición que se remonta a la década de los 80´s en varias partes de California, durante desfiles, graduaciones y eventosdeportivos. Quienes recibieron la lluvia de maíz en forma de tortillas, definieron el hecho como una acción de discriminación racial, en contra de la población latina.
Posturas de mayor neutralidad como la del columnista de Los Ángeles Times, Gustavo Arellano, señalaron que el lanzamiento de tortillas no es un hecho de discriminación racial, hasta que lo es. Tras una minuciosa relatoría histórica del acto de lanzar tortillas en eventos públicos, enmarcó el tema en un contexto transfronterizo en el que la discriminación existe, se ha documentando y aventar tortillas de manera imprudente, puede ser percibido como un acto racista. Tal como sucedió.
En el apunte de la semana pasada, traté el tema de #Ladyfrijoles como un asunto de violencia simbólica. Esta manifestación de lanzar tortillas hacia representantes de la población latina en California, nos recuerda que palabras y acciones desencadenan emociones. También, que el poder simbólico de elementos gastronómicos como el frijol y el maíz para unos representan identificación con la infancia, el territorio cultural, la familia, inclusive, una conexión cósmica con la madre tierra. Mientras que para otrosson dispositivos para comunicar prejuicios de superioridad racial y signos sobre los que se montan visiones xenofóbicas en torno a poblaciones que llegaron del sur a los EE.UU.
Vivir e interpretar la frontera y la enorme complejidad de sus procesos socioculturales, implica, según José Manuel Valenzuela, ampliar la mirada e ir más allá de las condiciones reduccionistas que olvidan las causas históricas y estructurales que generan la migración de los pueblos. Así como los profundos entramados objetivos que les originan y las subjetividades que asumen el destino impuesto o resilientes posiciones transgresoras que persiguen la construcción de mundos diferentes.
Al maíz y al frijol, los leo como metáforas de la resistencia histórica de las poblaciones latinas en los Estados Unidos. Particularmente, la mexicana que ha expandido rasgos culturales asociados a su gastronomía de forma importante en el país del norte.
La inmediatez, el anonimato y la escasa reflexión, jugó un papel determinante en esta noticia que emergió de las redes sociales. Tras la difusión de un par de clips de video en Instagram y Facebook. La discusión y enjuiciamientos públicos generaron una avalancha comunicacional. Una vez más, en el continuo fluir de los entornos on line y off line encontramos formas de construcción social de la realidad, en las que prevalecen la polarización y el recrudecimiento de actitudes raciales cargadas de radicalismo.
*[No. 40/2021]. El autor de esta publicación es profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Humanas, UABC.