La lucha por el derecho de las víctimas de abusos develados hace tres años en el negocio denominado Ciruela Pasa, han ganado una batalla. Sin embargo las jóvenes afectadas y activista en derechos de la mujer, consideran que falta mucho para sentirse satisfechas.
Este domingo, los activistas realizaron una protesta fuera del domicilio de los familiares de Alberto “N”, acusado de estos ataques, quienes han reiniciado con el negocio de los raspados. Los inconformes exigían que la familia se deslidara de estos penosos eventos y que manifestaran su empatía para con las víctimas, sin proteger al acusado.
Y así fue. Este miércoles, los administradores de este negocio hicieron público un documento en el que aclaran que la negociación que ellos han abierto nada tiene que ver con lo presuntamente cometido por su familiar y que de ninguna manera lo aprueban ni serían participantes en un encubrimiento al respecto.
Además aseguraron que en el proyecto que hoy ejecutan, no se presentarán de ninguna manera casos de este tipo, a la vez que lamentan los hechos sucedidos hace tres años.
Nahomi Ponce, activista en derechos de la mujer, reconoció la voluntad de los encargados de este negocio pero aclaró que la lucha por los derechos de las víctimas de esta persona que se encuentra actualmente evadida de la justicia, dista mucho de concluir.
Ha iniciado una siguiente etapa, donde se encuentran convocando a quienes hayan sido afectadas por agresiones por parte de esta persona, para documentar cada una de ellas y darle parte a las autoridades correspondientes, y a la vez exigir a la Fiscalía General del Estado, que lleve ante la justicia al acusado, quien desde hace tres años se encuentra prófugo.
Por ello la joven activista invitó a todas aquellas personas que tengan información relacionada con casos similares, a comunicarse con ella para avanzar en este proceso.
