Mexicali, Baja California.- Inocencia González Sáinz, la única sobreviviente de la comunidad Cucapá que habla la lengua original, y quien fuera galardonada con el Premio Nacional de Arte Popular 2019, se encuentra delicada en el Hospital Quirúrgico del Valle y necesita donadores de sangre.

Su hija, Antonia Torres González, pidió a la población que ayuden a donar sangre este lunes 22 de marzo a partir de las 07:00 horas en el Banco de Sangre del Hospital General de Mexicali, para que de ahí puedan llevar estos donativos a la clínica donde está siendo atendida.

A sus 84 años de edad Inocencia es reconocida como instructora de la lengua, ritos, baile y cocina tradicional Cucapá, destaca por su dominio en la técnica y elaboración de implementos de pesca, además a lo largo de su trayectoria ha sido multipremiada, gracias a los esfuerzos por promover, conservar y difundir la cultura originaria.

El sábado su familia la llevó a la clínica del IMSS del ejido Durango, para posteriormente trasladarla al Hospital Quirúrgico del Valle, donde es atendida desde entonces, pues sus niveles de hemoglobina están muy bajos.

Su hija, Antonia, compañera inseparable de quien hoy se encuentra en estado delicado de salud, ha pedido que quien esté en posibilidad de donar sangre, se comunique con ella al teléfono 6861889930.

Inocencia, con raíces verdaderamente cachanillas

En su cumpleaños número 84, Inocencia compartió parte de su historia a través de una publicación en Facebook en la página Salvemos la Sierra Cucapá, donde ella es protagonista. En su narración, recuerda como es que su testimonio ha sido de gran importancia para que historiadores y otros interesados en el relato de los primeros años de la comunidad nativa de esta tierra, documenten lo que aquí se vivió hace mucho tiempo.

El texto íntegro dice así:

Me llamo Inocencia González Sainz, nací donde ahora le dicen el campo Sonora; antes era un monte tupido de sauces. Ai nací, en una casa de cachanilla; ese lugar antes no tenía nombre todavía, nomás era la orilla del río, ahora le dicen el campo Sonora.

Mis papás fueron Prisciliano González y Teodosa Sainz Domínguez. Mi amá era cucapá y mi apá era del lado de México, por allá de Toluca. Ellos se conocieron porque mis abuelitos vivían ai donde le dicen El Meganito, ai de la laguna para acá, [kilómetro 50 de la carretera Mexicali-San Felipe], donde está la loma ésa, donde está el panteón de los cucapá ahora. Ai tenían una casa de adobe Mi apá había llegado con el coronel Cantú en 1911, porque era soldado. Vivía aquí en El Mayor; cuidaba los barcos que llegaban al río, La Pacita y el Río Colorado. De ai se iba a ver a mi mamá.

Ellos se casaron y mi apá se quedó a vivir por aquí. Tuvieron muchos hijos; mis hermanos eran Delmiro, Julián, Juana, Margarita, Abigaíl, Carolina, Carlos, Bárbara, Onésimo y Hermelinda. Mi abuelita se llamaba Manuela Domínguez y ella me contó muchas cosas que a mí ya no me tocó ver.

Inocencia González Sainz, nació el 28 de diciembre de 1937. Vive en la comunidad El Mayor Indígena Cucapá y le ha tocado participar muy activamente en actividades culturales en la comunidad. Ella fue quien inició el trabajo de elaboración de objetos de chaquira, actividad que ya estaba olvidada, pero con la ayuda de Juan García Aldama –quien recordaba cómo tejer la chaquira–, en 1975 recuperó ese conocimiento ya casi desaparecido.

Supo transmitir a las mujeres de su comunidad el interés por la elaboración de objetos de chaquira. Es una de las mejores tejedoras de la comunidad; prueba de ello son los primeros y segundos lugares que sus trabajos han obtenido en los concursos regionales y nacionales de artesanías. Sus collares se encuentran en varios museos del país.

Ha sido informante de varios investigadores y apoya los trabajos del Museo Comunitario Juan García Aldama de El Mayor Indígena Cucapá, atendiendo a los visitantes, a quienes en ocasiones guiaba a diversos sitios de interés de la comunidad. En los eventos donde participan las artesanas cucapá elaborando y vendiendo sus productos, Inocencia siempre colabora.

Las faldas de corteza de árbol, que en el pasado fueron la principal vestimenta de las mujeres cucapá, actualmente son elaboradas únicamente por Inocencia. Ella las vende como artesanía y para exposiciones en museos. Ha contribuido a la conservación de su lengua, grabando información en cucapá y conservarla para un estudio lingüístico posterior.

La señora Inocencia González Sainz recuerda que su padre sembraba chile, tomate, repollo, lechuga, maíz, calabaza, sandía y melón en un predio aledaño al río Hardy que le decían La Carpa:

Mi papá acostumbraba excavar alrededor de un árbol y allí ponía un piso de cachanilla y ponía las sandías y los melones; encima ponía otra capa de cachanilla y la cubría con tierra para que se conservaran más tiempo.

La calabaza la conservaban en grandes tiras. Inocencia dice que cuando estaba madura, le quitaban la cáscara, la cortaban en tiras muy largas y la colgaban de algunos palos para que se secara; allí podía permanecer en buenas condiciones hasta un año. Cuando querían comerla, cocían aquellas tiras. Con el tiempo empezaron a cocerla con piloncillo.

Inocencia, una mujer cucapá, toda una historia y una cultura diferente. Felicidades en su cumpleaños.

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