Miembros de diversos colectivos para la defensa de los derechos de la mujer, realizaron este domingo una protesta pacífica para exigir que los abusos contra niñas, adolescentes y jóvenes, denunciados hace tres años, no queden impunes.
La movilización se registró afuera de un domicilio ubicado en el fraccionamiento Cataviñá, al oriente de la ciudad, en donde está operando un negocio de venta de raspados administrado por familiares de Alberto “N”, encargado del negocio del mismo giro, llamado Ciruela Pasa, que estaba ubicado en el fraccionamiento Jardines del Valle, y donde se acusa, agredía física y verbalmente a empleadas y clientas.
Los manifestantes, en su mayoría mujeres, pidieron a los administradores de este nuevo negocio, desligarse de su familiar quien actualmente es buscado por la justicia por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores, y manifestar públicamente su empatía hacia las víctimas de este individuo.
Bajo una temperatura cercana a los 45°C, en caravana, portando cartulinas y con un altoparlante, desde la vía pública los manifestantes pidieron a los administradores de este negocio dejaran de actuar como si nada hubiera sucedido.
“Están actuando como si no hubiera pasado nada, como si las víctimas no merecieran al menos creerles lo que les sucedió”, dijo Nahomi Ponce, una de las organizadoras de esta acción.
Ella se acercó a la acera donde se encontraban los administradores de este negocio, quienes le expresaron que sí comprendían lo que sucedía, pero que no tenían qué ver con los delitos que se pudieron haber cometido en el otro negocio.
Luego de una ríspida discusión entre ambas partes, la protesta siguió. Después de casi dos horas, los manifestantes se retiraron, advirtiendo que seguirán en espera de que se haga justicia en este caso.